UNA LLUVÍA FRÍA CAE SOBRE EL CRISTAL
Una lluvia fría cae sobre el cristal.
Mariposas que revolotean en el techo me llevan a tu lecho,
pero ya no puedo abrazarte como antes,
tu ausencia llena todos los estantes,
detrás de cada puerta oigo tu voz de despedida,
y tu aliento se aleja perdido en las luces del crepúsculo.
Pero yo reescribo tu nombre con palabras que creía en el olvido,
repaso tu rostro somnoliento después de una noche de encuentro,
y mi pena es tan grande que ocupa todos los rincones de mi casa,
y vuelvo a preguntarme:
¿Por qué te has ido? ¿Por qué tus ojos ya no son mis ojos?
Quizá algún día coincidamos en un puerto o una esquina,
Quizá tengamos todavía, aunque sea en otra vida, besos esperando a nacer de nuestras venas.
Te digo adiós cuando solo quiero decirte: ¡te espero pronto!,
posiblemente solo sea una quimera que ocupará todos los recodos,
una ilusión que bordará mi piel de espinas cargadas de tu esencia.
Poesía incluida en la colección AZUL, VERDE y NEGRO, inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual.
OPINIONES Y COMENTARIOS