estoy cansada. no sé de qué, no sé de quién, no sé porqué; pero estoy exhausta y la mente no me responde. hay momentos de mi vida que son un hueco en mi memoria; que recuerdo pantallas borrosas en donde me veo desde afuera. creo ser yo por mis características físicas, por la sensación en el pecho que me da recordar ese pedazo de mi cabeza. creo ser yo porque estoy donde suelo estar y hago lo que generalmente estoy haciendo. me encuentro, pero no me reconozco y no sé qué es lo que pasa. creo entenderlo, creo saberlo, pero la realidad es que no solamente los recuerdos son indivisibles, sino que toda mi cabeza está cubierta por una capa densa de neblina que me impide ver lo que recuerdo. imagino escenarios que no siempre pueden ser ciertos, que pueden no ser acertados y sólo son versiones menos o más grotescas de lo que en realidad fueron. el constante esfuerzo de mi materia gris por mantener la cordura al margen, me agota de manera exagerada y apaga otras capacidades de mi funcionamiento para comprender la realidad. no sé qué es lo que me cansa, me enoja, me entristece, me alegra o me confunde. no sé qué es lo que me pasa, simplemente siento cantidades indescriptibles de algo. algo que no comprendo, que no pienso, que no siento, que no veo, que no proceso. algo que no puedo tocar, decir, expresar, encontrar ni razonar. mucho menos es algo descifrable para mis sentidos por más que lo intente. sólo logro despedazar, de a poco, que es algo que me hace llorar de confusión cuando me encuentro sola y a oscuras. es un manojo de sensaciones que me ahogan y me ponen a cuestionar mi vida de principio a fin. mis decisiones, mis relaciones, mis elecciones, mis pasos, mis llantos, mis prioridades. pone en duda mi bondad y mi humanidad, mi razón y mis emociones. pone a mi antigua o futura yo en contra de lo que soy en el presente. en escenarios de mi mente, me disculpo o empatizo con personas que no creía que lo merecían. me enojo con otras que quizá no lo merezcan. lloro de tristeza por momentos que me hicieron feliz y en mi cabeza grito de furia por creerme capaz de hacer la paz, cuando en mi mente sólo ardía la destrucción. qué esto que creo ser y que finalmente jamás soy? o tal vez soy todo lo que creo muerto porque mi vida propia es algo que jamás entendí? quizá soy sólo alguien buscando un minúsculo fragmento de identidad en el mundo de almas y mentes perdidas; arrojada al laberinto más grande, en el entorno más hostil, en busca de destellos de alegría para que me mantengan cuerda hasta que la muerte decida tenerme misericordia. nadie nunca nos avisa que los pies queman, la espalda arde, los brazos duelen y el corazón se revienta, incluso, aún funcionando todos al mismo tiempo, siguiendo una idea de algo que jamás sabremos que si es verdad.

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