“TIERRA VS HOMBRE: CONVIVENCIA Y DESAFÍOS EN UN MUNDO CAMBIANTE”

“TIERRA VS HOMBRE: CONVIVENCIA Y DESAFÍOS EN UN MUNDO CAMBIANTE”

“La tierra es madre y tumba de la vida, es el útero y es su sepultura”

~ William Shakespeare

Desde tiempos inmemorables, la Tierra ha experimentado transformaciones que han dado lugar a una amplia biodiversidad. Antes de que el ser humano emergiera como gobernante de la vida en nuestro planeta; la naturaleza y él coexistían en un equilibrio perfecto, respetando las leyes mutuas. El hombre trabajaba la tierra, cuidaba sus parcelas y utilizaba los recursos naturales de manera consciente, siempre teniendo en cuenta que el abuso de éstos podría perturbar la armonía de su relación con el entorno.

Con el tiempo, el ser humano se convirtió en el amo del mundo, incrementando su poder e influencia sobre su entorno. A medida que avanzaba, empleaba cada vez más recursos naturales para satisfacer sus necesidades. La explotación desmedida de estos recursos, que habían facilitado su existencia, llegó a su punto máximo con el descubrimiento del petróleo, desencadenando una nueva era en la historia de la humanidad.

A pesar de que el progreso científico y tecnológico ha brindado beneficios a corto plazo para la humanidad, a largo plazo ha causado daños irreparables al entorno. El ser humano no ha sido capaz de conciliar las leyes socioculturales con las naturales, y ha gastado gran parte de su energía en su propia destrucción.

«La Tierra se ha empequeñecido y cada vez es más difícil alentar la esperanza de hallar islas desiertas y territorios ignotos» (Garrido, 1993). La humanidad ha perdido gradualmente su conexión en el sentido ambiental; las personas se sienten aisladas del entorno, independientes de él. En la actualidad, tendemos a observar el medio ambiente desde afuera, ignorando su papel crucial como seres interdependientes que no pueden sobrevivir sin mantener un equilibrio en el planeta.

Los medios de comunicación nos bombardean diariamente con informes sobre los diversos impactos ambientales que amenazan los recursos naturales y afectan negativamente al entorno social y cultural. Esta creciente conciencia ha llevado a plantear un dilema de gran controversia que ha sido planteada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 2012 (Río + 20): ¿Es más importante preservar la Tierra o la vida humana?

El nivel de desarrollo de un país se asocia en gran medida con sus avances científicos y tecnológicos, lo que ha llevado a la división convencional entre países desarrollados y en vía de desarrollo. Los primeros son conocidos por ser líderes en la generación y aplicación de la ciencia y tecnología, mientras que los otros suelen ser consumidores de estas. La relación entre la ciencia, tecnología y sociedad es compleja, por lo tanto, varía según los valores y objetivos de quienes las emplean.

A lo largo de la historia, el conocimiento científico y técnico ha sido utilizado tanto para beneficios sociales como para la creación de armas y explotación desmedida de los recursos naturales. La creación de herramientas ha provocado desequilibrios en el medio ambiente en un período de tiempo sorprendentemente corto, lo que ha llevado a consecuencias perjudiciales. El ser humano, hasta ahora, no ha sido capaz de adaptarse plenamente a las dinámicas naturales. Como afirmó Schopenhauer, «el destino del hombre no es más que una cadena de apetitos que siempre se renuevan, un anhelar que no encuentra jamás su saciedad definitiva, un girar eternamente en la rueda de la necesidad y en la ilusión de satisfacerla.» (Citado de Ospina, 1994, pág. 58); la continuidad de estos deseos conduce al sufrimiento.

Por otro lado, «la ciencia no ha logrado elaborar una teoría que permita explicar la presencia del hombre en el sistema de la naturaleza» (Ángel Maya, 1996, pág. 21). Aunque las Ciencias Exactas han intentado comprender la naturaleza y sus leyes de manera objetiva, la aparición del hombre en el eslabón evolutivo ha planteado nuevas preguntas sobre su lugar en el cosmos. Los ecologistas han tratado de determinar la función principal de esta especie en los ecosistemas, pero esto ha generado diversas diatribas debido a la incapacidad de él para adaptarse completamente a las leyes naturales. La adaptación del ser humano depende en gran medida de la utilización de la ciencia y tecnología para modificar su entorno según sus necesidades.

En este contexto, la especie humana se ha destacado por su capacidad para razonar, innovar y adaptarse, creando soluciones para enfrentar los desafíos cambiantes de la Tierra. La vulnerabilidad de los ecosistemas se debe principalmente a la intervención antropocéntrica y la disminución de la biodiversidad. Esta alteración afecta no sólo al planeta y a los seres vivos que lo habitan, sino también a la propia especie humana, que lucha por adaptarse a las dinámicas y transformaciones ambientales. La clave para abordar estos desafíos radica en la capacidad de ADAPTACIÓN, tal como lo ilustra Charles Darwin en su Teoría de la Selección Natural, donde se plantea que no es la especie más fuerte ni la más inteligente la que sobrevive, sino aquella que mejor se ajusta y se adapta a los cambios del entorno.

Ahora bien, si se compara a la Tierra como el hogar de todos los componentes bióticos y abióticos… ¿Quién sostiene al hogar? ¿Quién trabaja para preservarlo?

Los problemas ambientales están estrechamente vinculados a las acciones humanas e intereses económicos y capitalistas que generan desigualdades en el acceso a los recursos. Como afirmó Wilches-Chaux (2009): «Cuando la cultura se convierte en un instrumento de desadaptación en lugar de una herramienta de adaptación, los seres humanos comenzamos a perder la capacidad de convivir armónicamente con la Tierra. En nuestra arrogancia antropocéntrica, nos creemos los amos del planeta y de cuanto en él existe”.

La mejor manera de abordar los impactos ambientales es fortaleciendo nuestra propia cultura integral. La comunidad educativa no debe ser ajena a la problemática social que surge de la ciencia y tecnología, así como de su influencia en la sociedad. Por lo tanto, la escuela debe considerar las relaciones entre ciencia, tecnología, sociedad, cultura y ambiente como un componente esencial de su enfoque educativo. Esto implica reflexionar no sólo sobre los avances y usos de la ciencia y tecnología, sino también sobre la formación de mentes creativas, críticas y sensibles a los problemas, lo que a su vez influye en la calidad de vida del ser humano y el equilibrio natural.

Para cerrar, en la Institución Educativa Policarpa Salavarrieta, ubicada en el municipio de Samaniego, un grupo de docentes comprometidos, entre los que se encuentran Viviana Aguilar, Juan Carlos Ramírez, Edisson Coral, Jesner Alvear, Alicia Bastidas, Diego Bastidas, Martha Gilma Díaz, Jairo Espinoza, Isabel Huertas y Dilma Carmela Quintero, están impulsando un proyecto transversal denominado «El Manejo y Aprovechamiento de los Residuos Sólidos Inorgánicos». Este proyecto toma como ejemplo, prácticas ambientales como el reciclaje y la reutilización de papel y botellas plásticas, su impacto en la Malla curricular y el componente Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) evaluado en las Pruebas Estandarizadas de Colombia.

El reciclaje y reutilización del papel y de las botellas plásticas han tenido un impacto positivo y significativo en el currículo educativo de nuestra institución. Estas prácticas han proporcionado a los estudiantes oportunidades concretas para comprender los conceptos de sostenibilidad, conservación de recursos y reducción de residuos. A través de actividades prácticas de reciclaje, ellos adquieren habilidades importantes en la clasificación y gestión de residuos, así como en la toma de decisiones informadas sobre el consumo responsable.

Además, el proyecto ha fomentado la conciencia ambiental entre todos los agentes de la Comunidad Educativa, quienes ahora comprenden la importancia de reducir la producción de residuos y de reciclar materiales en la vida cotidiana. Esta conciencia se ha reflejado en una disminución significativa de generación de residuos en la institución y en la adopción de prácticas más sostenibles por parte de la comunidad educativa.

En lo que respecta al componente CTS de las Pruebas de Evaluar para Avanzar – ICFES, nuestro proyecto ha demostrado ser un valioso recurso para retroalimentar las competencias generales y la comprensión de los estudiantes en los ejes temáticos relacionados con la intersección entre ciencia, tecnología y sociedad. Los resultados de estas pruebas han puesto de manifiesto un notable crecimiento en conocimientos y capacidad de análisis en las diversas situaciones cotidianas afines a las problemáticas ambientales locales y soluciones sostenibles.

En resumen, nuestro compromiso con la educación ambiental va más allá de la teoría; se traduce en acciones concretas que han tenido un impacto positivo en la formación de nuestros estudiantes y en el entorno de la institución. En la Institución Educativa Policarpa Salavarrieta, estamos orgullosos de promover prácticas ambientales responsables y de preparar a nuestras futuras generaciones para enfrentar los desafíos ambientales que se avecinan. Juntos, podemos construir un futuro más armonioso y sostenible para las futuras generaciones.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  • Ángel Maya, A. (1996). El Reto de la Vida: Ecosistema y cultura una introducción al estudio del medio ambiente. Santafé de Bogotá: Ecofondo.
  • Garrido, F. (1993). Una sola Tierra. La cuestión ecológica.
  • Ospina, W. (1994). El Canto de las Sirenas, ensayo del libro, Es tarde para el hombre. Santafé de Bogotá: Grupo Editorial Norma.
  • Wilches-Chaux, G. (2009) NUEVAS MIRADAS AL TERRITORIO, LA SEGURIDAD, LA POBREZA Y LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO.

Edisson Alexander Coral Solarte

Docente IPSA – Biología

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS