Tal vez, tal vez tenías razón, quizá, solo quizá, nunca fui tu idóneo, nunca fuí el elegido porque me ilusioné, porque exageré ese amor que nunca había sentido, sintetizaba poemas que yo mismo creaba, los borraba porque tus ojos mirantes no los miraban.

Como siempre, miraba a esa chica «perfecta» que una vez soñaba, que cada vez que me miraba volteaba, no sé qué buscabas de mí aparte de dejar de pensar en otro hombre que pensabas, no sé que pensaba de tí porque me cegaba tu belleza.

Me engañabas con tu gentileza, con esa delicadeza en la brisa de tus labios, con esa sonrisa fingida, con esas miradas perdidas en las que me decías «te amo»

No sé realmente cual fue tu decisión, tu anhelo de no estar conmigo, no sé realmente que fue lo que paso contigo al tratarme así.

Ahora no escribo poemas para que me des una respuesta, ahora escribo poesía para que libere todo pensamiento que tengo hacía ti.

No hubo metáfora en la cual explicar el como me hacías sentir, no hubo sentimiento el cual podia expresar en aquel momento, no habían excusas las cuales quería insistir, las demás personas no te pensarán así, las demás personas tristemente te querrán desvestir, no existe personaje el cual me hiciste convertir.

Ahora solo piensas que eres la mejor de todas pero te equivocas, aunque suene feo e hiriente al parecer solo fuiste una inspiración para mis poemas.

Nunca me gustaron los colibríes, lo admito, siempre me han gustado los cuervos, nunca me han gustado las «sueltas» 

Nunca me han gustado tus labios rojos.

Cuantos verbos y adjetivos tuve que pensar para poder ejemplificarte los pensamientos que me hicieron amarte, cuantas palabras tuve que sacrificar de mi subconsciente que me hacían ponerme demente, cuantas veces lloré por tí…. Ninguna vez pero necesito dramatismo.

La diferencia entre el «colibrí» y el «cuervo»

es que el «cuervo» si vale la pena.

Etiquetas: desamor

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