Sáquenme de aquí, no me dejan salir, me tienen encerrada como perro, ayúdenme, no se que les hice, ayuda por favor. Todos los días doña Carmelita pide socorro, ella tiene alzhéimer.

El llegar a ser vieja, me aterra, me suena realmente feo, mira llegas a esa edad en donde vuelves a depender de alguien, probablemente sea esa misma persona a la que tu educaste, y lo educaste para que fuera independiente, entonces ¿Qué caso tiene? No quiero siquiera imaginar, o si, si voy a sufrir alguna enfermedad, y si las personas que crie me van a tratar bien, y si se aburren de mí, si les parece algo tedioso cuidar a una anciana que esta a punto de morir.

No lo sé, o talvez mi vejes sea solitaria y no tenga nadie quien cuide de mí, probablemente me pague un asilo a mi misma, y digo que puede ser solitaria, porque me gusta estar ahí contemplándome a mi y a mi soledad, se siente bien, me gusta, pero de vieja, tal vez me llegue una inmensa agonía y me deprima y llore todos los días en mi triste soledad.

Quizás no he vivido lo suficiente como para pensar en mi vejez.

Pero es cierto que estar viejo te hace dependiente de personas, las cuales probablemente en un pasado trataste mal, y es que, si lo piensas, vuelves a ser niño, necio y testarudo, no prevés las cosas, haces un capricho.

De viejo te dan de comer en la boca, te marcan las cajas de medicamentos los horarios en los que te tocan cada uno, lo bañan, y a veces hasta lo limpian, porque un viejo no puede mantenerse por si mismo. Claramente vuelves a ese niño y creo que ese es el ciclo de vida: naces, te cuidan, creces y cuidas, envejeces y te cuidan.

No se si quiero llegar a ser vieja, quizás también me de alzhéimer y olvide todo y a todos, olvide mi vida, con quien me case y probablemente también olvide lo que quise vivir.

                                                                                                                                   Aline Nataren.

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