Estar enamorado implica una transformación mental y física, no asegurando así como hombre, esa conectividad espiritual que vive la mujer, donde siempre se habla como logra enlazarse en niveles muy diferentes a los del sexo masculino. Cada vez que tengo la oportunidad intento transmitir que ocurre conmigo y la mujer que amo. Más allá de admiración, hay escenas a diario que me ocurren en la soledad y trato de plasmarlas cuando logro estar con ella.
Para mí es un hobbie activar mi mente durante las ocupaciones del día, generalmente lo hago por muy pocos segundos. Es estimulante para recordar un olor, un tacto, un pequeño abre boca de lo que en algún momento se sintió como un roce de piel más un poco de humedad.
Las erecciones son a diario, y repetidas, no importa cuanto duren, siento el flujo de hormonas que hasta me cambian el humor y me hacen parecer un ser más competente en lo que hago. Recordarla abajo mientras me hace sexo oral me excita, verla como esa mujer que colma mi vida de placeres y facilidades como demostraciones de amor, me producen una subida de la libido donde quiera que esté. Solo pienso que quiero llegar a casa y hacer que me lama desde abajo hasta la boca, ese recuerdo en el acto, me hace saltar el pecho, no miento cuando lo describo.
Todo pierde prioridad cuando se me ocurre recordar como la penetro, como mi pene se empapa de sus fluidos, cuando su vulva es tan acogedora como sus brazos al llegar a casa. Imaginarme besándola mientras lo meto hasta donde más puedo, incluso me hace sudar, el pecho salta el doble, hasta me atrevo a medio tocarme rápidamente, no se si para calmarme o tener un destello de placer.
Es reconfortante recordar como acabo adentro de ella, como puedo desvanecerme segundos y ella con orgullo solo me empuja más adentro como no queriendo perder nada de mí, a veces hasta lo tomo como un marcador de terreno, algo génico animal. Es un cliché para muchos decir te amo al acabar, algunos lo ven hasta prohibido, para mi es la cúspide del día, es decirle a mi mujer, “yo soy a ti, y tú eres a mí, no hay nada que encontrar en ningún lugar, soy todo tuyo, cada parte, cada extremo, y lo que todavía no se ha creado en mí”
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