Nada nos permitía estar juntos, nada, solo un quizá que tenía yo en mente, solo yo. Él no lo tenía.
Siempre fui muy crédula después de mi error. Experimente mal, jugué mal, y luego me quería morir por haber perdido, el rio de mis lagrimas no se calmaban, quería reclamar, no podía, quería gritar, tampoco podía, no quería que nadie me escuchara, mi mirada turbia y escapada. Me sumergí en orgullo, no quería nada, ni a nadie, fui una tonta, fui muy tonta, querer hacer lo que hice le sumo una piedra más al costal de mi espalda.

Simplemente y llanamente por un sí, un tonto sí. Que puede que quizá siga ahí, pero muy escondido, yo por ser como fui deje de ver, solo miraba un vacío, un simple vacío en el que ni yo podía estar. Nadie puede cambiar lo que siento, ni siquiera mis errores, quiero un tiempo final, un corte, un descanso, por que las fuerzas no se me acaban. Siguen ahí, presentes.

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