Los muchachos salían del colegio a eso de las 13h15 y lo primero que hacían era reunirse alrededor de la pileta, algunos se despedían y marchaban a sus respectivos hogares, otros hacían planes para salir en la tarde. Unos pocos se referían a las tareas colegiales, sus dificultades y como resolverlas. Otros se dedicaban al trabajo que las hormonas ordenan a esa edad; buscar a quién amar. Usted y yo sabemos que no es amor, se trata de un impulso biológico de atracción y erotomanía, pero a quién diablos le importa eso, nosotros los seres humanos siempre le damos nombres errados a las cosas, especialmente cuando de sentimientos se trata.
¿Por qué estamos aquí? ¿Qué nos trae de lunes a viernes al parque a estas observaciones infructuosas?
La respuesta es sencilla y poco atrayente para el lector imaginativo, así que haciendo honor a las mentes creadoras de universos, diremos pues que: la presencia en el parque se debe a la sospechas frecuentes que se tiene respecto a que Víctor Fabián tiene un romance con una colegiala menor de edad y que dado nuestro trabajo de investigadores privados tenemos que dilucidar el tema; primero, porque los romances entre hombres de 40 y niñas de 15 es penado por la ley. Segundo, porque la señora Manuela está cansada de su marido y desea motivos para solicitar el divorcio. Tercero, porque para esto nos pagan.
¿Cuando empezó este jaleo? Aproximadamente hace un mes, cuando al salir del restaurante de Willy, después de una acalorada discusión con la mesera por tratar de cobrarme por un súper combo, cuando en realidad lo que me sirvió fue una hamburguesa con carne de perro y lechugas podridas, después de este jaleo, me encontré con Víctor Fabián y no puedo decir que saludamos y conversamos de los avatares de la vida. Ese día no pude conversar con él porque su lengua se encontraba en la boca de alguien y así no se puede conversar, así que pase de aquel evento y me dirigí a buscar comida de verdad. Al final del día, a mi que me importa la vida de Víctor Fabián, puede besar a quién quiera y hacer de su vida lo que sea. El verdadero problema nació cuando Manuela hecha un mar de lágrimas me comentó que Víctor le había dado una bofetada, tan solo por el hecho de reclamar por sus debidos derechos como esposa, qué cuáles eran sus derechos, no lo sé, no me pregunten, nunca me he casado, así que no puedo decirlo.
Cuando Manuela me contrató, el asunto empezó a importarme y claro, yo sabía el origen, así que no había que esforzarse mucho, ya sabía dónde estaba Fabián, los miércoles, jueves y viernes a las 13h15 y con quién. ¿Qué tenía de especial Víctor Fabián para llamar la atención de una colegiala? No sé, hay que reconocer que el tipo tenía clase, le gustaba cuidarse, por lo tanto tenía un cuerpo tonificado, la piel del rostro tenía secuelas del acné que lo azotó cuando adolescente y de lo demás, qué les puedo decir, un tipo común, que trabajaba en el sector público, es decir, no trabajaba y por eso podía darse tiempo para conquistar colegialas; normalidad. ¿Qué le veía la colegiala? quizá el bonito auto que tenía y una u otra cosa que pueden hacer los centavos, cosas que impactan a las mujeres de esa edad, pura frivolidad.
La primera semana, me dio igual, lo observaba en su galanteo con la colegiala, de sus embates tratando de meter sus manos por debajo de las faldas de aquella incauta, de su persistencia al morderle la oreja y de sus abrazos poco prudentes, así que pude notar que el objetivo principal de Víctor Manuel era saciar sus deseos animales, es decir, acostarse con ella y olvidarse. ¿Debía yo evitar que sucediera semejante acto de maldad en contra de aquella criatura? Francamente, a mi que me importa, tengo 36 años y la vida de otros me importa tan poco, que puedo decir con poder de convencimiento que he llegado a la madurez de la vida. Pienso que la gente se mueve por elección o decisión; la niña de colegio decidió dejarse enamorar por este viejo truhan y este viejo como tiene alguien que le da lugar intenta aprovechar la oportunidad. Todo está en equilibrio.
La segunda semana, había que llevar pruebas, así que tomé una docena de fotografías, se las entregué a Manuela, con esa evidencia sería suficiente; ella podría divorciarse de Víctor y quizá ayudar a la colegiala, confrontarla y decirle que el tipo tenía marido y un par de hijos de siete y nueve años respectivamente. Efectivamente, Manuela ostentó su título de esposa, armó un escándalo fuera del colegio, Víctor Fabián fue preso por acoso a menores de edad y la colegiala, bueno a ella la sigo observando después de aquel percance. Puedo notar que cada día el vientre está más grande, lo que indica que Victor Fabián consiguió lo que quería antes de que yo empezara a darle atención al caso.
Así ocurrió, sigo observando a Fabiola, en cuatro meses cumplirá 16 y en cuatro semanas tendrá 28 semanas de embarazo. Es una historia aparentemente triste y digo que en apariencia puesto que Fabiola no es tonta, encontró a un chivo expiatorio a quién adjudicar al niño, el nombre del chivo es Ismael, tiene 19 y no es de estos lares, por eso es un buen chivo. En cuanto a mí, es todo lo que puedo informar por el momento, en seis meses cumpliré 37 y todo habrá terminado, ya no me verán por el parque, para esas fechas habré alcanzado la madurez absoluta.
OPINIONES Y COMENTARIOS