La llamada de la muerte.

Desesperación y locura es lo que vivo diariamente en esta oscura y triste habitación la cual la gente prefiere llamar vida.

Una habitación con solamente una ventana que lo único que entra son los espíritus que rondan en búsqueda de su descanso eterno, el cual nunca llegó y fue solamente una historia que contaban para así hacerlos sentir bien en su último aliento de vida.

Hay días que se escuchan lamentos y una risa burlesca y que se satisface al momento de torturar a las almas.

Tomé una silla y traté de ver algo, pero lo único que hay es más oscuridad y lamentos. Una pequeña luz voló hacia mí al momento de tratar de ver algo más. Este débil y triste resplandor era el espíritu de un niño que por discusiones reiteradas de sus padres decidió tomar una soga y solamente acabar con su sufrimiento, pensando que así acabaría todo, pero fue todo lo contrario, el sufrimiento aumento haciéndolo preguntarse por qué atento contra su vida, pero le susurran al oído que ahora sufrirá en este mundo, solo sin un amigo, familiar o alguien con quien poder estar.

Le pregunté por qué vagaba por la oscuridad y yo sin poder salir de esta habitación, que solamente contaba con esta pequeña ventana.

Me dijo que ese lugar donde yo estaba era el paraíso en comparación de lo que él vivía a diario, que él daría lo que fuera por estar en mi posición.

Desde lo lejos una luz roja que se apoderó de todo y hubo un gran destello que hizo gritar a esta alma y con sufrimiento corrió a resguardarse.

Una sombra negra se proyectó en mi habitación con bordes de fuego y me decía que está a la espera de mí, que me espera con ansias, halla afuera…