Hipersomia

Hipersomia

Menezes

10/08/2023

El rastro del ocaso, fulguroso y mortal de la cuántica hoguera, el fuego plástico arde y las quemaduras psicológicas se duermen… Las mariposas se posan en las plantas de cartón, y el incendio dormita en el regazo de la noche. Se despierta crudo, frío y pálido, observa la imagen contraria del infierno, era vano y terrenal. El azufre no desprendía sus impregnados olores, las voces no vociferaban, era un silencio tempestuoso. La luz de la pantalla sacudía su vista, se posaba entre las colinas ojerosas de su cansancio y le susurraba su odio.

El crujido de sus dientes titilaba las ilusiones primaverales, de las fogatas en las playas, los cangrejos de los arroyos, las ancianas de los casinos y mientras las estaciones se desvanecían el verano entraba y le quemaba la envidia.

Volvía a cerrar los ojos para perderse de la realidad, esta vez no se vería convertido en ceniza, sería tapado por aquella tempestad de nieve, blanca y pura, que contrasta con sus colores opacos. 

Aún sostenido por sus tibios latidos, moría en la tranquilidad de aquel invierno en que brotaban lágrimas de cristal.

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