Those ancient beasts

THOSE ANCIENT BEASTS



   El pantano fue su antigua morada, su guarida legendaria. Los hijos de los tiempos primitivos aun aguardan allí, bajo las aguas cenagosas el fin de los tiempos; los teóricos de la criptozoología aseguran que esperan el Apocalipsis, para despertar de la larga espera. Al igual que las criaturas de los “Mitos de Cthulhu”, estas bestias del pantano duermen en un sueño maldito y pocas veces han sido vistas por ojos humanos. Si nuestra existencia (muy limitada por el modernismo), pudiera atisbar que bajo nuestros pies hay miles de bestias aun no catalogadas por la ciencia, que esperan el momento oportuno en que el Todopoderoso les dé la orden de salir. ¿No menciona la Biblia unas cuantas criaturas primigenias? Ahí está el Behemot, el Leviatán, y la Serpiente Antigua. Pero en el pantano (que es a la vez todos los pantanos), confluyen los anfibios ciclópeos, los lagartos brutos y ciegos, nadan al lado de los pesados monstruos de lenguas bífidas, escurriéndose entre el lodo también pululan los peces con patas de membranas rojizas, grandes devoradores de hombres.

  Efímera como es la vida humana son los avistamientos de estos impresionantes seres; allí bajo el bote, bajo la lancha y la canoa, agitan sus colas mientras encienden en una caldera de burbujas. Gimen, braman, regurgitan maldad. Ojos saltones con corneas transparentes, colas gomosas con espinas que brillan en la noche, lenguas bífidas de pigmentación purpura ¿Quién se atreverá a acercarse a esos secretos antediluvianos? Noé tal vez pudo verlos, y más allá en los anales el gran Adán los pudo catalogar en su lengua pre-semita. Dios en su infinita sabiduría sabe muy bien que los defectuosos humanos pueden auscultar todo el conocimiento plasmado en el Universo, que hay cosas que deben sellarse como en tiempos del profeta Daniel. No trates de hundirte en las entrañas del mar para buscar al Kraken, amigo mío; no quieran tus ojos ver al gran Megalodon que cazaron los hombres de la Edad de Bronce. Has de esperar que el tiempo celestial anuncie la llegada de final del Supremo, allí veras que bajo la tierra está el ochenta por ciento de las especies que habitan esta esférica roca: bien decía Jesús que al final de los tiempos “será como en los días de Noé” ¿negarás acaso que incluso los gigantes bíblicos puedan resurgir de entre los escombros del tiempo?


FIN

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