Vuelta noctámbula

Escribe las notas pertinentes al finalizar la última ronda de la noche, todos estables, puede dar un pequeño pestañazo, avisa a la enfermera que está a cargo y continúa el trayecto, intranquila claro, puesto que el sueño trae consigo alguna que otra anécdota de la cuál suele enterarse después, si es que hay alguien cerca, esta noche el compañero de turno ya duerme, pronto irá a despertar, tendrá el cuartillo de descanso para ella sola. Elige la litera donde hay menos luz y lo consigue.

Un estruendoso grito de ayuda, sin certeza de cuánto tiempo ha pasado, escucha y algo desorientada se dirige a ver si puede apoyar en algo, pero nadie parece haber notado nada, indecisa con la esperanza y probabilidad en mente de que haya sido la usual ensoñación difusa que se entrelaza con la vigilia. Las chicas de enfermería escuchan música con gran volumen, algo que no reconoce, los pacientes están dormidos.

Tiene algo de frío y recuerda haber dejado un jersey en el laboratorio de la morgue, cuando estaban haciendo un análisis comparativo en la tarde con otros estudiantes, para ello sabe que debe cruzar los pasillos del sótano sin luz. Por suerte el móvil tiene carga y la magnífica linterna, así que se aventura a cruzar.

Escalofriante encontrarse en los pasillos verdes del sótano de noche, siendo ya algo espeluznantes de día, estando esta noche vacíos los pasillos del hospital público, no hay camillas ni aires de hacinamiento, solo silencio, continúa con paso apremiante, por fin llega y nota que hay tres camillas cubiertas, ve la prenda que busca en la esquina cerca de la tercera camilla, dudando si esta estaba ahí antes, de pronto algo frío toma su mano, se paraliza y comienza a sollozar, lentamente comienza a levantarse el cuerpo, lo cual le causa un respingo, da un grito sofocado y se pega lo más que puede al muro sin respirar del miedo y de pronto escucha carcajadas, su compañero de turno…