Cómo me encuentro preguntan los conocidos.
Si a ellos me encuentro distinto o parecido, esa es la cuestión.
Si coincido o no coincido, se los dejo a su elección.
En la lista de adjetivos a mi apretada situación, un menú completo resulta mi contestación.
Verá mi paisano, dinero es lo que estoy necesitando.
O si le resulta mejor, le diré que ando quebrao, y con la yerba usada secando.
Sin un centavo, pobre y arruinao, en esas épocas difíciles me ha encontrao.
Monedero destrozao, en bancarrota y pelao.
En la ruina, indigente y sin un duro.
Se lo dejo a su criterio, diga usté’ si esto es o no un apuro.
No me ponga esa cara de compasión, mejor acérquese al fuego compadrón.
Estas rimas eran para llenar versos y divertir con ocurrencias al corazón.
Me encuentra con la tarjeta en negativo y la mente llena de adjetivos, pero dígame:
¿está o no está parecido?
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