Enseñame la piel de tu corazón, dame una señal que aún vivo, que voy entre la gente, ciego, sin dolor, sin alma. Totalmente vulnerable, esperando a que llegue la muerte a los párpados del alma. Dame sed, dame una hijo cocido en el alma. Quebrame los huesos de las manos, quiero sentir algo que me haga despertar de este delirio, que es vivir sin amor. 

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