Encegueciéndose.

      En el comienzo fue la seducción, ya que solo de esa forma podía respirar. El oxígeno recorría todo su cuerpo cada vez que percbía los sonidos. No existía soledad alguna, frente a tamaña compañía.

      Recostado en la alfombra, con los ojos cerrados, pasaba las horas escuchando. Así se forjó, con Música en su sangre.

      Rey de su mente, mas príncipe de su corazón, no podía luchar contra los sentimientos. Nostalgia y Melancolía eran dos guerreras poderosas que, sucesivamente, le presentaban batalla cada día. Aunque, de todas formas y a la vez, se unían en una alianza absoluta, construyendo la escena donde se desarrollaba su Música. Y, de esa manera, se conformaba ese Universo que no le permitía salir. 

      Así creó su Noche y, una madrugada de Verano, la Ceguera dió su inicio.