Al cerrar mis ojos siempre estas tu…

Apareces mofándote de mis pobres intentos de olvidarte, tal cual sortilegio del que mi alma no ha podido liberarse, y lloro…

Por que estas en mi, grabado en fuego y sangre que corre por mis venas, quemando mi piel, la misma piel que aún recuerda tus huellas…

Algunas veces en mis sueños eres luz, y me pregunto si es este tonto orgullo o mi amor propio lo que me mantiene en pie aun cuando me siento nadie…

Y otras veces eres oscuridad y recuerdo todas las nubes negras que trajiste a mi vida y todas las razones por las cuales me aleje por más que mis caminos siempre condujeran a ti…

Eres un hechizo, tal vez una maldición, mi embrujo, mi maleficio, que algunas noches me trae insomnio, soledad, resignación, tantos sentimientos encontrados, tequila, sal y limón…

Otras noches traes vino, encuentros de una noche, vació y el mismo dolor, pero siempre estás allí, de cualquier forma te veo, dormida o despierta te sueño, aun cuando no quiera seguir así…

Y a pesar de todo, lo bueno lo malo, las decepciones que me diste, las alegrías y nuestros fracasos, los kilómetros de distancia que deberían separarnos, sin importar lo que yo haga o cuanto intente impedirlo…

Al cerrar mis ojos siempre estas tu…

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