Diario de un Explorador

Diario de un Explorador

Saeki

13/04/2023

El laboratorio estaba en silencio, sus paredes blancas estériles guardaban equipamiento de todo tipo, todos los aparatos emitían destinos pitidos y murmullos que le daban a la habitación un ambiente casi hospitalario.

En medio de la mesa de análisis principal descansaba un dispositivo que se veía antiguo, apenas funcional. Estaba conectado a decenas de cablecitos que intentaban devolverlo a la vida. Un científico, vestido de pies a cabeza con un traje Hazmat blanco inmaculado esperaba a su lado para comprobar que el aparato volviera a funcionar. Era la única oportunidad que tenía la compañía de averiguar qué había sucedido con la Colonia MN-2685, después de casi cincuenta años sin respuesta el Consejo Intergaláctico se estaba poniendo impaciente.

La pantalla parpadeó un par de veces y unas grades letras en verde flúor aparecieron titilando entre rayas oscuras, la memoria interna parecía dañada de alguna manera. El científico se apresuró a tipear algo en su terminal y el parpadeo cesó.

En la pantalla ahora se leía claramente:

DBP – DISPOSITIVO DE BITÁCORA PERSONAL
JHONSON CORP AÑO 2345
PLANETA TIERRA 5
MISIÓN ODYSSEY
COLONIA MN-2685

La figura de blanco tipeó otro comando, la pantalla respondió con un poco de lentitud mientras buscaba la información requerida. Un menú apareció en el costado derecho, donde una grieta en la pantalla dificultaba la lectura de las primeras palabras.

  • Config….
  • Órdenes Prim…
  • ID Personal
  • Estado de Salud
  • Créditos
  • Bitácora
  • Sobre Nosotros

El científico seleccionó la opción de ID Personal y el rostro de un hombre joven, de cabellos cobrizos y mirada muy azul apareció en la pantalla. Debajo de la foto, en letra muy pequeña, había una descripción. “Explorador Mattias Salvatierra. 25 años. Movimiento de vanguardia. Misión de asentamiento primaria”

Dos figuras más se acercaron a la estación donde estaba trabajando el científico, vestidos de manera idéntica, uno más bajito que los otros dos. El rostro de Mattias los recibió de igual manera.

“¿La misión de rescate solo pudo conseguir una bitácora?” preguntó la figura de la derecha, su voz del hombre, amortiguada por capas de protección respiratoria sonaba lejana.

“Si” contestó el más bajo. “No había señales del asentamiento ni de ningún sobreviviente. Los jefes piensan que al cortarse las comunicaciones los colonos decidieron explorar por ellos mismos y abandonaron el sitio de aterrizaje”

El científico que seguía tipeando en su terminal negó con la cabeza sin mirar a sus compañeros.

“Pero toda esa gente no pudo haberse evaporado. No hay señales de ellos en el resto del planeta, ya hemos mandado varios satélites para que escaneen la superficie”

“Tierra 5 está en la parte más alejada de Andrómeda, puede que su superficie rechace las señales de nuestros satélites, no sabemos mucho de ese lugar”

“Y sin embargo mandamos una tripulación de ciento veinte almas a explorarlo”

“Y una misión de rescate con otras cincuenta”

Los tres científicos se quedaron en silencio, las pérdidas de vida eran terribles y podían ser muchas más si no averiguaban qué había sucedido.

En la pantalla del DBP, después de haber seleccionado la opción Bitácora, apareció una lista de fechas que iniciaban el día en que la Odyssey, nave veterana de las conquistas de Johnson Corp, había abandonado la órbita de Tierra 2 y terminaban abruptamente dos meses después de haber aterrizado.

“La fecha no coincide con el cese de comunicaciones” murmuró por lo bajo mientras tipeaba.

“La nave dejó de comunicarse apenas dos semanas después de haber aterrizado con éxito, ¿verdad?” El científico frente al dispositivo asintió, perdido en sus pensamientos.

“Veremos qué dice la bitácora. Solo espero que la información no esté corrompida”

Las primeras entradas del diario del explorador Salvatierra era de lo más comunes, comentarios sobre la tripulación, datos sobre el inicio del viaje antes de que todos entren en criosueño y algunas anotaciones sobre sus sentimientos en torno al viaje que estaban por emprender.

Pero las entradas se pusieron cada vez más interesantes, o intrigantes, a medida que pasaban los días despúes del aterrizaje. Las entradas dejaron de ser escritas y ahora consistían en solo mensaje de voz, como si el explorador Salvatierra no tuviera tiempo de sentarse a escribir como lo venía haciendo.

«Día cinco desde el aterrizaje. Los colonos se están poniendo cada vez más nerviosos. Dicen que sienten que algo los observa cuando salen del campamento a explorar. Yo no he encontrado nada fuera de lo común. La vegetación es abundante y desconocida pero los instrumentos funcionan con normalidad y nos mantienen fuera de peligro»

El científico adelantó la bitácora unos días.

«Día ocho desde el aterrizaje. Dos grupos de exploradores no han regresado de sus rutas programadas y se suman al de ayer que también sigue perdido. Los cerebros en la base están visiblemente nerviosos y algunos de mis compañeros están hablando de no volver a salir hasta no saber qué está pasando. En el campamento todo sigue de acuerdo a lo planeado, las semillas han empezado a crecer, la tierra es muy fértil. Hemos asimilado tres variedades de frutos nuevos y la verdad que son deliciosos»

«Día nueve por aterrizaje. Me han cambiado la ruta de exploración, los grupos se han reducido para cubrir el territorio que los demás exploradores estaban recorriendo. No nos sentimos seguros al ser tan poco viajando juntos, sobre todo porque por las noches se han empezado a escuchar ruidos raros. No hemos notado fauna nativa, quizás es tiempo que nos encontremos algunos»

Ese mismo día tenía una nueva entrada y Salvatierra sonaba bastante angustiado.

«Día nueve. Por la noche. Volvimos a base pero con el corazón en las manos, algo nos observó desde las alturas durante todo el camino. El cartógrafo jura que hoyó algo y nuestro dron se perdió entre las copas de unos árboles. Nunca lo vimos caer»

Los científicos se miraron, preocupados, y continuaron escuchando la siguiente entrada.

«Día diez. Las cosas se están desmoronando. Los vegetales han dejado de crecer y ahora tienen unas manchas violetas. No podemos comer eso. Estoy seguro que escuché pasos detrás nuestro durante la recorrida. Eran muchos. Animales que cazan en manada quizás, pero no los vimos. Me recorre un escalofrío cada vez que entramos en la espesura de la jungla. Esto no era lo que prometían en los folletos de reclutamiento»

«Día once. Algo destruyó la torre de comunicación. Estamos aislados. Perdimos otro grupo de exploradores, solo regresó uno de ellos con los ojos desencajados y cubierto de sangre. Los médicos no han podido sacarle palabra, está en estado de shock. No volveremos a salir, no importa lo que nos ordenen»

«Día trece. Esto es una locura. Nos estamos quedando sin comida y medicamentos. El explorador sobreviviente habló pero solo balbucea sobre monstruos de ocho piernas y sin ojos. No tiene sentido o quizás sí. Los científicos volvieron al interior de la nave y se encerraron en el laboratorio. Los colonos están muy nerviosos y también quieren regresar a la seguridad de la nave»

Finalmente, la última entrada. El explorados se oía totalmente fuera de control, susurrando con urgencia a su DBP.

«Día quince. Estamos siendo atacados. No hemos podido comunicarnos con la base en Tierra 2. Los colonos están desapareciendo de a uno…»

Unos chirridos se oyeron a través de la grabación, Salvatierra comenzó a llorar.

«Los que quedamos estamos barricados en el edificio principal, pero han logrado entrar… N-no sobreviviremos por mucho más… Lo siento mucho. Mamá. Por favor, díganle a mi mamá que…»

La grabación se cortó súbitamente. Dos de los científicos se miraron, sus rostros igualmente horrorizados. El tercero ya había alcanzado su terminal y tipeaba un mensaje de alerta para la tripulación de la misión de rescate.

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