El chef Curry

Stephen Curry, el especialista en triples, que marcó un antes y un después en la historia de la NBA; más específicamente en los tiros de tres puntos.

Hace de su especialidad, algo habitual en la actualidad. Es por eso que se convirtió en el máximo anotador de triples de todos los tiempos. Es considerado por muchos, el mejor tirador en la historia de la NBA. También es el máximo anotador en la historia de su equipo, Golden State Warriors, con más de 20 mil puntos. Entre los records que tiene en Golden, es el máximo asistidor, anotador de triples y puntos en playoffs.

Fue cuatro veces campeón de la NBA, en 2015, 2017, 2018, y 2022 (la última temporada que se jugó). En 2016 fue el jugador más valioso de la temporada, votado unánimemente. Y como no podía ser de otra manera, ganó el concurso de triples en el All Star Game en los años 2015 y 2021. En 2022, en este mismo juego, Curry fue el MVP del partido, con 16 triples y 50 puntos totales, una brutalidad.

Cada vez que esta leyenda convierte un triple se da un golpe en el pecho y señala al cielo, es una forma de recordar lo siguiente: “Ten siempre tu corazón al servicio de Dios”. Ha tenido siempre muy presente la religión en su vida, y así, en una iglesia mientras practicaba la fe, conoció a su actual esposa. Además, en sus zapatillas suele llevar un 4:13 (versículo de la biblia) “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece” y su tatuaje escrito en hebreo dice “El amor jamás se extingue”, otra frase de la biblia.

Este deportista es de los que necesita un ritual para llegar concentrado a cada partido. 90 minutos antes de salir a la cancha, empieza a ejercitarse y luego, sale a la cancha con los cordones desatados, los cuales ata una vez que ya está en cancha, también suele tuitear para cerrar su círculo de concentración para el partido.

Lo que no todos saben es que se entrena vendándose los ojos, todos los veranos regresa a Carolina del Norte para entrenarse con su entrenador que lo acompaña desde 2011 y realiza ejercicios usando gafas estroboscópicas como la de los militares. Una de las imágenes que más se repite en los partidos de Golden State es la de Stephen mordiendo su protector bucal. No es ni una manía ni un amuleto, lo utiliza desde que recibió un golpe en la boca cuando era chico. No se da cuenta que lo está mordiendo porque lo hace cuando está pensando, es lo que dice sobre este elemento que cambia cada tres partidos. Otra de las imágenes que se repite y es habitual en él, es tirar un triple y cuando la pelota está en el aire le da la espalda al aro y ya festeja su triple con las manos en alto antes que, entre la pelota, él ya sabe que esa pelota vale tres.

Algunas de las celebraciones y actitudes de Curry han sido puestas en tela de juicio e incluso en algunas ocasiones se ha tomado como una falta de respeto hacia los rivales. Su sonrisa eterna, sus tiros desde el túnel del vestuario antes de que comience el partido, sus bailecitos al anotar triples de larga distancia se deben nada más ni nada menos a que él celebra el baloncesto en cada momento con la mayor naturalidad del mundo. En sus momentos más emocionantes no le importa la forma, porque esa alegría es natural, está ligada a su juego y a su manera de entender su vida profesional. Su habilidad de tiro y habilidades básicas en el juego se han mejorado a través de su capacidad de entrenamiento continuo, porque no es difícil para él hacer lo que le gusta hacer, lo que ama y disfruta. Creo que la felicidad viene haciendo lo que amamos, y Curry ama el baloncesto porque está en su naturaleza, no es solo una carrera, es el significado de su vida.

Les dejo un video de él en el calentamiento previo a cada partido, algo natural para él, lo que no sabe es que lo que hace es completamente una locura.

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