La valija de Antonio borrador

La valija de Antonio borrador

Paisaje de montaña, azul y blanco, las nieves que en el intento de fundirse caen deslizándose por las laderas y llegan allá lejos, a las tierras bajas y aumentan los débiles cursos de agua y estos parecen alegrase con ello y entonces alimentan los campos y reverdecen las siembras y ese alimento se hace savia, sangre que se eleva por el cuerpo seco que espera justo el momento para nacer y renacer una y otra vez cumpliendo la maravillosa ley del ciclo interminable de la vida, que latente se mantuvo por largos días y el proceso termina en pequeñas yemas de un verde claro que anuncia la flor, la explosión de perfume que invadirá los campos y luego al llegar a la culminación de su camino, el fruto, nuevo, tierno, ácido y perfumado que dará sustento a ellos, los cultivadores.

los campos se visten entonces de verde limón y los corazones de verde esperanza y es allí en ese valle, en el sur donde la historia transcurre, donde la vida joven asoma como las yemas tímidas de los limoneros para llenarse de fuerza y explotar hacia el futuro que ahora ya es presente.

un muchacho de veinte años se confunde con otros muchachos, todos allí moviendo sus manos entre las frondas toman entre sus manos el preciado fruto y las canastas se llenan

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