Encontré tu mirada una noche de diciembre donde el aire es fuerte, dónde el frío es profundo, tu sonrisa y tus ojos eran brillantes como una estrella a punto de tener fin, solías estar parado en esa esquina esperando a que llegara, tu aroma lo sentía desde que abría el portón para salir corriendo a tus brazos. Me ponía en puntas para darte un beso a la mejilla para poder abrazarte y sentir tu calor, tu barba jugaba con mi piel haciéndome caricias en el alma.

Cuando estábamos en la cama todo era divertido, no simplemente teníamos sexo, sino que hacíamos el amor y el amor nos hacía a nosotros, tus manos, tus dedos jugando con cada mechón de mi pelo, deslizándose poco a poco por cada parte de mi piel, susurrando cuánto me deseabas y cuánto disfrutaba estar conmigo, nuevamente tu mirada admirando cada detalle de mi cuerpo, de mi piel.

Yo como una niña pequeña me quedaba atónita ante ti, disfrutan tus abrazos que eran tan incómodos pero no quería que ese momento se acabará porque era tan especial y muy privado para mí, hay cosas que descubrí de ti y me enseñaste, hay tantos momentos que quisiera volver a repetir. Lo que tuvimos fue un pecado dos almas que se reconocieron de inmediato de quizás vidas muy pasadas y que en esta nueva se encontraron, somos pecadores pero no nos importo y mucho menos al destino que es el quien nos junto.

Mientras esperaba la mañana de una tarde de enero estaba totalmente nerviosa, analizando cada detalle de mi vestimenta, de mi cabello, de mi muy peculiar y sencillo maquillaje para ir hacer ejercicio contigo, mientras hacía bicicleta no perdia detalles de ti levantando las piezas viendo como tú playera sudara se pegaba a tu cuerpo y cada gota era tan sexy como un elixir que me envenena el corazón de amor.

Ahora que te has ido y no me lo has dicho me ha dolido mucho, me siento traicionada, y con unas profundas ganas de llorar, ahora que suba a la pista del gym para admirar las nubes y el cielo me acordaré de ti y mi corazón va a doler, cuando salga de mi casa y pase por cada callejón que recorrí contigo, cuando vea aquella esquina donde nos veíamos y nos dábamos un profundo beso esos días moriré. Mi alma tendrá frío por las noches porque no estarás tú para darme calor, para poder unir mi pie al tuyo, no estarán tus abrazos y tus besos en la frente, no me tocará como si fuera la cosa más delicada y perfecta del mundo. No estarás tu perfume, tu aroma se va a desintegrar de mi cuerpo, de este cielo y está ciudad que compartíamos aunque nos viéramos cada dos semanas.

Lo que más me da miedo que te hayas ido es que tal vez te olvides de mi aunque digas que estaremos en contacto porque yo fui algo pasajero para ti, pero tú para mí fuiste y serás lo más perfecto y estupendo que pude tener, el sabor de pecado en tus besos fueron mi inspiración para novelas de amor, fueron mi motor, fuiste la cosa más bella de mi vida.

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