1. Un único instante

Ya no había esperanza. No se podía hacer nada más, así que se dedicó a disfrutar de los pocos minutos que le quedaban.

2. Advertencia 

Le advertí varias veces que si seguía por ese camino se arrepentiría, pero no me hizo caso. Así que no fue culpa mía que se cayera por aquellas escaleras y acabara rompiéndose el cuello. O al menos eso le dije al policía que seguía mirándome desde el piso de arriba.

3. El objetivo

A cada paso que daba, intentaba no hacer el menor ruido. Se acercaba lentamente, pero con determinación. Solo dos pasos más y lo conseguiría. ¡Lo hizo! Por fin tenía ese reloj que tanto le obsesionaba. Simplemente, tenía que alejarse de allí antes de que alguien le viera. Así que ahora sus pasos eran veloces.

4. El manzano

Mi vecino, el señor Jiménez, tenía un hermoso manzano en su jardín. Yo sabía que no era correcto, pero a menudo me acercaba sigilosamente para coger algunas manzanas. En mi hogar no había suficiente dinero para comprar frutas frescas y sabía que el señor Jiménez no se daría cuenta si tomaba solo unas pocas. Sin embargo, un día, el señor Jiménez me descubrió in fraganti. Me gritó con enojo que nunca más debía volver a coger manzanas de su casa. Temí que me hiciera algo terrible, pero para mi sorpresa, cuando al día siguiente me asomé para ver el manzano, descubrí que en su lugar había un limonero.

5. El reflejo

Dos personas se encontraban frente a frente, mirándose fijamente a través de la ventana. No podían apartar la mirada el uno del otro, como si trataran de encontrar una respuesta a lo que estaban presenciando. Pero lo que más les extrañaba era que sus rostros eran idénticos, no sólo parecidos, sino exactamente iguales. No eran gemelos, no eran hermanos y ni siquiera se conocían de alguna manera anterior. La situación era extraña, conmocionante y un poco incómoda. Eran dos completos desconocidos a través de un cristal que veían sus verdaderas caras por primera vez.

Etiquetas: microrrelato

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