Te digo que dirigir una empresa por mi cuenta y sin ninguna experiencia es una tarea muy difícil que no se la deseo a nadie. Mi vida solía ser sencilla y despreocupada, pero ahora tengo que trabajar todos los días sin descanso. Tengo que ser puntual todos los días y llegar antes que los demás para dar buen ejemplo. Además, tenemos mucha demanda porque los clientes no paran de entrar por la puerta. Y todo esto es gracias a mi padre, que continuó con su idea del legado familiar y, como soy su único hijo, no tuve más remedio. Mi padre prácticamente empezó todo hace 20 años y acaba de jubilarse. Así que ahora he ocupado su lugar y, mientras él pasa los días plácidamente tomando el sol, yo nunca me voy de aquí. Pero aunque es un trabajo duro, lo hago lo mejor que puedo. Un momento, acaba de entrar un cliente y tiene mucha ropa para lavar.
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