El egoísmo de un cuerpo “perfecto”

El egoísmo de un cuerpo “perfecto”

Quien se podría imaginar que para el mundo un cuerpo “perfecto”, es aquel que, por fuera, es el que un hombre o una mujer podría desear con todas sus fuerzas, aquel que tiene curvas, que es voluminoso, que ante los ojos de los demás es totalmente impecable sin una sola, cicatriz, estría o alguna imperfección que valga la redundancia lo haga ver imperfecto, que tú lo luces con gran orgullo y te sientes dichoso porque sabes que nadie puede igualarlo. Pero seamos realistas ¿de que sirve tener el cuerpo “perfecto”?, cuando en tu mente tienes un montón de arena que no te permite ver la verdadera perfección y que no es aquella exterior todo lo contrario es aquella interior, que al ver a través de los ojos te das cuenta que no hay belleza más perfecta, que aquella que no es vista por tus ojos, si no que la reflejas con tu alma, en la forma en que miras, en que tratas a los demás, la humanidad que tienes al referirte a una persona, la bondad que se desborda por tus manos. Porque de que sirve tener el cuerpo “perfecto” cuando tu belleza se centra solamente en lo exterior, cuando no eres capaz de dar la vida por alguien más, por ese alguien que al no tener tu belleza lo crees inferior, ¡dime!, ¿De que te sirve llenarte la cabeza de perjuicios?, si al final es tan solo un cuerpo y el también envejece, se arruga, ¿para ti es más importante valorar a una persona por lo que ves externamente?, ¿no piensas en el pasar de los años? Y todo lo que implica vivirla, ¿vas a preferir tu egoísmo sobre lo que en verdad importa?.

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