Con la sinceridad que albergan mis labios,
la melancolía con la que te llaman mis ojos.
Con todo el silencio con que te desean mis manos
Y el frió consuelo, que esconde la muerte
bajo la frágil piel que llevan mis años.

Te veo entre profunda locura y te anhelo, como el bohemio a su noche
su sepulcro y su fe.

Tu piel, traída por el viento
despierta el calor y todo el caos del tiempo
que regresa a mi lado, trayendo con sigo
dos alas marchitas y azules.

Tus recuerdos los he abandonado
en un punto en el que mi voz ya no pueda llegar.
Te he observado tantas veces entre la espalda del ciego
y veo como el cielo maltrata tus senos,
y tú miseria, silenciosa y perfecta
ahuyenta tu aroma.
y tu sueño, tu sueño cada vez más frágil se va apagando.
Y cual ebrio deja sus lamentos
plasmados en ti.
Se va alejando envuelto en el llanto, dejando atrás una vida poco asistida, y es que en un instante se va danzando hacia la noche,  

y sobre el rió
al igual que la luna se esconde
el poeta se duerme
con sus versos en mano.

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