Me proyecté, estando afuera me envían un mensaje telepático de ayuda, me dirigí al lugar. Había un edificio bastante alto, me dispuse a subir por las escaleras. Sabía muy bien a lo que venía. Al ir subiendo cada peldaño de lejos diviso una silueta negra y delgada con capucha, se acercó rápidamente hacía mi, traía en la mano un cuchillo. Al verme llegó a patinar para poder detenerse, yo solo activé mi campo de energía alrededor mío, lo cual lo repelió en seguida. En vida fue un asesino que dieron muerte, justo en este edificio y en el piso cinco. Me observaba de lejos. Seguí subiendo llegué al piso diez ingresé al departamento en donde se encontraban dos niños, mejor dicho dos hermanos, el niño tenía 10 años y la niña 6 años. Ellos estaban con su madre, me quedaron mirando sorprendidos, si les dije los puedo ver. Miraban a su madre con mucho cariño. Estos hermanos habían quedado solo, mientras su madre trabajaba, lamentablemente ocurrió un incendio y los pequeños perdieron su vida, estaban de ambulando como desencarnados.
Les expliqué mi procedencia lo que realizábamos y el lugar de donde venimos, comprendieron todo lo que les dije . Para yo pudiera realizar el traslado, ellos debían decidir si irse o no, no los podía obligar. La niña me dice que si se quiere ir, el niño me dice también me quiero ir.
Me piden un momento más para poder estar por última vez con su madre y despedirse de ella, claro ella no los veía. Al salir del departamento, nos fuimos bajando las escaleras, ellos iban callados, la pequeña me dio la mano. Otra vez venía el asesino, los niños se asustaron, se escondieron detrás de mí, otra vez paró en seco, solo lo miré y salió arrancando, les dije tranquilos, no tengan miedo los voy a proteger. El asesino se perdió y no volvió más.
Al salir del edificio me detuve y le pregunté a la pequeña ¿Estás lista para irte? Ella me dijo que si, le pregunté al niño ¿Tú estás listo para irte? Él se quedó callado y me grito ¡No!, no puedo irme, no puedo dejar a mi mamá sola y salió corriendo por las escaleras de vuelta al departamento. La niña me miró, yo si quiero irme, me abrazó y me dio las gracias por ayudarla. Este tipo de ayuda no es fácil más cuando se trata de niños, pero alguien debía hacerlo. Le puse mi mano en el pecho y dije ¡Te libero, te transmuto en luz, te elevo! Ella se transformó en energía una luz blanca radiante luego desapareció. Por lo menos se fue tranquila y en paz a pesar de ser tan pequeña. Lamenté lo de su hermano, pero no podemos obligar a aquellos que aún no están preparados para dejar este plano de existencia. Mi trabajo estaba terminado volví a mi realidad. Baje a tomar agua, no me contuve lloré por el niño que se quedó, también soy madre y eso duele aún más, me resigné, porque sabía que unos de mis compañeros iría por el niño, hasta que él decidiera irse. El traslado de desencarnados era un trabajo para nosotros muy normal era peligroso quedarse en ese plano hay varios depredadores. Muchos por diferentes circunstancias se quedan, inclusive algunos ni siquiera saben que están muertos.
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