Eran vísperas de navidad y como todos los días en horas de la tarde, la abuelita regresaba a su hogar luego de ir a dar de comer a sus animales que se encontraban en un corral ubicado fuera del pueblo.
Como eran épocas de lluvia el clima estaba nublado permitiendo que no se lograra ver prácticamente más allá de la nariz, y pues también al ya estar oscureciendo la abuelita se encontraba caminando despacio.
Al encontrarse en el campo era normal que hubiese un silencio a la vez relajante y tenebroso, por momentos solo se oían algunos ruidos provocados por el viento o los animales.
La abuelita caminaba tranquila pues ya era normal para ella, en eso escucha como si algo estuviese cayendo, pero como solo fue un momento ella siguió su camino, pues deseaba llegar pronto a su hogar; cuando dio apenas un par de pasos más una piedra cayó unos centímetros delante suyo dándole un gran susto, si la piedra lograba darle ella habría muerto aplastada por el inmenso tamaño de esta. Luego de recuperarse del gran susto la abuela siguió su camino.
Han pasado varios días y la abuela siempre regresa a la misma hora y como si alguien la empujara especialmente en ese momento una piedra cae delante de ella.
Un día ya cansado de esto la abuelita antes de dar unos pasos más y que caiga la piedra como se había hecho costumbre empieza a dar fuertes gritos de insulto y advertencia, mas no obtiene ninguna respuesta y sin poder hacer nada más decide seguir su camino.
Luego de dar unos pasos más se puede oír que está cayendo algo, la abuelita espera a que como siempre vuelva el silencio momentáneo y así aparezca la piedra a su delante, pero…
En esta ocasión el ruido no cesa, se puede notar como la piedra sigue cayendo haciéndose el ruido más fuerte según se acercaba, causando un sentimiento de susto en la abuelita quien todos los días anteriores no había mostrado miedo alguno.
Luego de unos minutos, que para la abuelita se hicieron horas, se logra ver como cae la piedra dirigiéndose hacia ella, la abuelita trata de moverse para evitar que le caiga encima, pero por más que se esfuerce en evitar que la piedra la aplaste se le hace imposible dar siquiera un paso, quedando así atrapada bajo la piedra.
Han pasado horas y la abuelita ha despertado sintiendo un gran peso sobre ella y un dolor fuerte, intenta moverse, pero no puede y al no poder hacer más solo ruega a que alguien pase por ahí y la ayude.
Un tiempo después se escucha acercarse a alguien, al parecer eran unas mujeres conversando. La abuelita se llena de alegría y empieza a pedir ayuda, pero luego decide esperar mejor a que se acerquen más para que así la vean y pues de seguro estas harían algo para ayudarla, pero toda esperanza desaparece cuando al ir siendo más clara la conversación ella logra escuchar lo que decían.
En la conversación:
Mujer N° 1: – Susana debemos ser más cuidadosas, no debimos quedarnos hasta tarde y menos en estas épocas, pues la verdad me está dando un poco de miedo
Mujer N° 2: – Es verdad, pero no creo que haya que temer, pues han pasado años y ella era solo una viejita, no creo que lo que digan sea cierto, es más seguro que ella ya está junto a su querido nietecito.
Mujer N° 3: – Pobre niño, sufrió mucho luego de enterarse que su abuelita murió aplastada por esa horrible piedra en vísperas de navidad (señala la piedra que se encontraba a un costado del camino, pues al ser muy grande los pobladores solo lograron moverla para quitarla de encima de la abuelita)
Mujer N° 1: – Es verdad, ella también lo quería mucho, seguro que por eso decidió volver a su casa y no quedarse en el campo dentro de su pequeña cabaña, y pues con el clima de seguro se desprende esa piedra y cayó encima de la pobre.
Mujer N° 3: – Si, pero algunos dicen que siempre en estas épocas se escucha a alguien pedir ayuda, incluso algunos la han visto parada mirando a la piedra.
Mujer N° 2: – Eso es verdad, mi… (la mujer se quedó estática y pálida mirando hacia la piedra)
Las otras dos mujeres voltean y al verla siguen su mirada y se dan un gran susto, pues al llegar sus miradas a donde se encontraba la piedra ven algo aterrador.
Era la abuelita, quien al oír lo de su nieto y entender que este ya no estaba allí esperándola se llenó de dolor en el corazón y dejándose llevar al fin se mostró como realmente estaba, con dolor en el cuerpo y en el alma, perdiendo así toda capacidad de diferenciar entre lo bien y lo mal.
Ella solo deseaba llegar a su casa y poder pasar la navidad con su familia, en especial con su pequeño y adorado nieto. Pero eso ya no podía ser, entonces si ella no podría pasar más una navidad con ellos porque los de más si debían hacerlo, y si iba a estar atada siempre a esa piedra por lo menos debía obtener compañía; ¿cierto?
¡Allí estaba!, era una figura aterradora que estaba junto a la piedra, tenía sangre por todos lados desde la cabeza a los pies, estaba doblada de una forma espantosa pues todos sus huesos estaban rotos, no se podía identificar su rostro, estaba deforme, además se podía sentir un olor de putrefacción.
Desde entonces en esa pequeña comunidad se recomienda no salir en vísperas de navidad y menos por ese lugar, y si alguien por casualidad o despistado lo hace es más que seguro que no lograra llegar a pasar navidad con su familia y nunca más lo volverán a ver, ni siquiera habrá un cuerpo al que enterrar.
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