EL GRITO

EL GRITO

Pablo

27/12/2022

Mis manos no paraban de sudar; sentía como si un montón de gente estuviese a mi alrededor con sus ojos clavados en mí como agujas. Como si fuese el centro de atención de unas 25 personas. El corazón me latía cada vez más rápido, era una sensación que hacía tiempo no experimentaba. – Esto no me puede estar pasando – me repetía una y otra vez.

Pasaban los segundos, no lograba relajarme, todo seguía igual: las palpitaciones, el miedo, la sudoración, que ahora ya no era solo de mis manos, sino que también me caía alguna que otra gota de la frente. No sabía que decisión tomar, por un lado pensaba que ya era hora de enfrentar ese miedo que tanto me paralizaba, pero por el otro, había algo que por algún motivo, vaya uno a saber cuál, no me dejaba enfrentarlo; fue en ese preciso instante mientras pensaba en todo aquello, que del fondo de mi garganta, casi sin querer, salió un: – ¡Puertaaa! Ya me había pasado tres paradas, era demasiado, no importaba la vergüenza que inevitablemente sentí; era gritar o llegar muy tarde a casa.

Etiquetas: cuento corto intriga

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