Sin ánimo de ofender


Ese sendero que está por fuera de mis pies descalzos,

lleva por fuera también

mis pájaros embalsamados,

y entre caminos y cielos,

exaltadas,

mis palabras de otros años.

Ya me agoté de ir al encuentro de milagros inexistentes,

de cometas que no volvieron,

y de lluvia de estrellas aglomeradas 

que duran solo segundos,

y hay que recordarlas toda la vida.

De este universo, ni de sus quinielas,

ya no espero nada.

Sólo contiene,

extrañas vidas vacías, 

que deambulan, entre fuegos moribundos,

y hechizos, que nunca fueron míos

y que ahora, 

me toman de la mano,

quizás para siempre. 



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