No sé qué decir al respecto. Bueno, es algo blanco, inusual, desconocido. Pero tampoco es la gran cosa. Agachándome e inclinando la cabeza hacia él, puedo notarlo. Está un poco húmedo. Creo que eso blanco que lo envuelve es piel. Si lo toco se siente un poco vivo y un poco frío. Tiene forma de huevo. Pero no es la gran cosa. No eres la gran cosa, pero creo que no debería dejarte ahí. Si apareces desde el horizonte, entre las piedras y la maleza, justo antes de que yo pudiera observar hacia la nada, lo mínimo que mereces es que te tome en cuenta. Dudo que se abra. No es un huevo. Ya es cuerpo, no hay nada adentro de él… Quizás unos cuantos órganos. Me pregunto si tiene rostro. Me acuclillo y me da algo de asco tocarlo. Está húmedo y pegajoso. Es como si estuviera sudando frío. Quiero voltearlo, pero pesa mucho. Su base está sucia y hundida en un nido de maleza y tierra. Temo que si lo muevo mucho se quiebre. Pero eso es imposible; no es huevo, no es cáscara y pesa demasiado como para ser más frágil que el suelo. Se tambalea vacilante entre el equilibrio y el derrumbe.

Lo he logrado voltear y en su parte posterior no tiene nada. Es piel fría y blanca por todos lados. Si lo hago girar, como una rueda, una pelota a mí alrededor, no revela ninguna irregularidad en su superficie lisa. Salvo que… ha dejado de sudar. ¿Habrá sido por miedo? ¿Tienes miedo? ¿Tiritas un poco? No deberías, no deberías hacerlo. Si te cargo puede que me manches la ropa. Estás sucio. Pero creo que puedo cargarte, te has vuelto más liviano en este rato. Si te miro y me miras a la cara… si te miro, ¿qué ves tú? ¿Me miras a los ojos, aunque no los tengas? He notado que tienes algunas manchas en la piel. Realmente pareces un huevo. Un huevo algo blando. ¿Sentirá dolor? ¿Te duele si te hundo mi dedo así? ¿Si te pellizco por acá? Podría sentir cosquillas. Todavía me da algo de asco. Algo me dice que sí tiene ojos, pero no sé dónde. Si tan sólo no fueras sólo piel, sino también pelo… podría entretenerme despejando el espacio entre tus mechones, a través de todo tu cuerpo, en busca de tus ojos. Pero ahora es cosa de hacerte rodar para ver que no tienes nada. Deja de mirarme.

Quizás podría abrirlo. Si lo abro… ¿podrá ser que muera? ¿Estás de acuerdo con esto? Creo que eso fue un sí. Te tomaré entre mis manos y te dejaré caer para que te quiebres. Una vez quebrado, deberás mostrarme tu rostro, tus ojos, tu interior. ¿Lo harás? ¿Lo prometes? ¿No te alejarás de mí?… Está bien.

Uno, dos, tres…

El huevo se ha convertido en una especie de reptil. Es un reptil blanco, con algunas manchas, algo pegajoso. Estabas envuelto sobre ti mismo como un chanchito de tierra. Eres un reptil porque tienes un cuerpo débil y pequeño. Eres un reptil porque tu panza se ha quedado en el piso. Eres un reptil porque te meneas con delicadeza y precaución a mí alrededor. No sudes más, ya basta. Vamos a buscarte un poco de agua.

Etiquetas: surrealismo

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