Quién dijo que para poder enamorarse se necesita de una edad específica, si hay tantos matrimonios que fracasan porque no se entienden y no se soportan unos a los otros dentro de sus hogares, sin importar si el conflicto afecte a terceras a cuartas personas, no importa nada, solo que el problema no se soluciona con palabras suaves, siempre se termina lastimando uno u otro, pero siempre hay más daños cuando no se lograr entablar un dialogo preciso para llegar a un acuerdo.
Posiblemente en las escuelas no nos preparan para la vida, pero es injusto que cuando llegues a casa y hagas algo que no le gusta a tus padres, solo te critican por como andas en cl colegio, como si el colegio fuera la ciencia de ayudar a poder ser en la vida.
Siendo un chico de 13 años, viniendo de un lugar no tan lejano, pero sí diferente a lo que conocías, suele complicar un poco la adaptación «Te adaptas o mueres» .
Llegando de un lugar lejano, me he matriculado es un colegio un poco diferente a lo que ya venía acostumbrado, no conocía a nadie y este era mi primer año viviendo en esta ciudad, h perdido amigos con los que he convivido durante muchos años, he compartido todo con ellos, pero ya no están, he dejado todo para poder seguir mi sueño, sueño que aún no he logrado conocer ni poder concebir dentro de mis descansos de noche. El primer día me ha traído mi madre, estoy un poco confuso, todos entran y nadie revisa nada, a darle tanta importancia, prosigo en mi camino y logro llegar al comedor, lugar donde todos están y empiezan a conocer y hacer amigos nuevos, o simplemente se conocían de algún lugar, yo por otra parte, me sentía solo y abrumado, sentía que quería llorar, pero me resistía a contemplar semejante humillación delante de todo un ciento de estudiantes y otros niños que venía a estudiar.
Realizaron llamados al director del colegio, algunos profesores fueron nombrados como asesores de cada salón, yo aún estaba perdido, pocos minutos después, un chico se me acercó y me habló, si bien es cierto le hable con total suavidad y temblorosa en la voz, no se imaginan la tranquilidad que me dio, al escuchar que me dijo, hola; eres nuevo, en tono de pregunta, tampoco conocía a nadie y estaba también perdido, poco después de entablar una pequeña conversación, una profesora empezó a llamar nombres y direccionarlos a sus salones correspondientes.
Para sorpresa, el también fue nombrado en el salón que estaba, Oh! que bueno que para mí, tener a alguien que pueda acompañarme y me haya ayudado a perder un poco el pánico en ese momento se fuera conmigo al mismo salón, nosotros éramos el 1 «C» subimos al tercer piso y nos sentamos al último, todo iba bien, nos empezamos a divertir juntos, que chévere recordar esos momentos en el colegio, donde nadie sabía de nadie y ni se interesaba por nadie, pero llegó un momento donde yo me enamoré por primera vez… no creerán lo súper enamorado que me puse en aquella vez, había demasiadas chicas por todos lados, pero hubo una que se robo mi corazón desde el primer día que la vi, no creerán lo hermosa que era, pero para que ella ni sabía de mi existencia, no sabia que yo si quiera existía en sus parámetros o límites establecidos para su alrededor.
Antes de esto, el amigo que yo conocí en aquella vez salía a dar vueltas conmigo todos los días a la hora del recreo, por el fue que la conocí, por el fue que llegué a ver a esta mujer, lo malo es que ella estaba en el «A» y este mismo fue quien me dijo que ella jamás se fijaría en mí, que ella era muy mayor para mí y que yo solo era alguien incomprendido que no podré estar con alguien como ella, vaya desilusión y bajón de nubes que me dio, no sé si haya sido bueno para mí o quizás demasiado malo para mí, pues me había sentido muy bajoneado y no era para nada, porque aún así esa chica llamaba mi atención.
Pasando los tiempos, intentaba acercarme a ella, pero en muchas de las ocasiones que lo hice, siempre había algo que me impedía conocerla, llegó un día donde una de mis compañera, ya estando a mediados de año, se lo había dicho que alguien de mi salón quería estar con ella, pero no le dijo que ese alguien era yo, por otro lado, esto tenía sus pro y contra, porque por un lado es que no sabía quién era, por otro es que me hubiera gustado que le dijera quién, yo estaba muy ilusionado.
Pasó un tiempo y decidí ir a decirle que ese alguien era yo, fui con la chica que le dijo sobre el asunto, nos sentamos un lado de otro, juntos …. Dios mío, esto eso si que era un sueño, tenía la piel muy blanca, los ojos marrones y era una persona suave y delicada, era bajita y me encantó.. por poco y termino babeando. La chica habló pero ella recalcó y resaltó que tenía enamorado, todo el esfuerzo que estaba haciendo, lo hacía en vano, porque yo me iba a alejar de esa persona, quedamos como amigos, la agregue a mis redes y charlábamos normal, pero en el fondo, yo sentía un gran amor hacia ella, el á puro quizás, y ese más puro que algún día terminaría condenándome a uno de los sufrimientos más fuertes en mis adolescencia.
Un tiempo después, ella me dijo que también le gustaba yo, les juro que fue demasiado para mí que salté de alegría, es cierto que las persona cuando no tienen algo, las obsesiona; pero al tenerla no lo dan importancia y se olvidan de todo lo que pasó, así al final terminar perdiéndolo.
Algo en mí, me decía que estaba haciendo algo mal, porque yo sabía que tenía novio, pero era demasiado joven y todavía no tenía la suficiente experiencia ni carácter para poder hacer frente a pequeños detalles que la vida te pone a prueba.
Tiempo después nos había vuelto a encontrar en el lugar que nos conocimos, en el patio trasero del colegio, fue ahí que nos quedamos solos, sin habernos conocido lo suficiente a poder entablar una relación, este detalle trajo un caos tremendo, solo para mí, o eso es lo que pienso, porque ella ni se inmutó a tratar de explicarme o conversar conmigo dentro de la relación.
El momento para decirle, todo parecía perfecto, pero mis labios y la voz no me respondía, así que le dije con la vos bien baja y ronca, Quieres tú, ser mi novia? … Y dijo que sí, este fue un comienzo en su momento, el más lindo, fue bastante emocionante. Al llegar a mi salón, al amigo este le dije, lo conseguí, logré conquistar a la tipa que dijiste que era alguien inalcanzable para mí, y si, logré conquistarla, bastó perder la dignidad por momentos y perder el orgullo por mucho, pero al fin y al cabo, ella estaba conmigo.
Cada día y cada recreo nos encontrábamos y me hacía feliz, estábamos en la etapa del enamoramiento y esa es la etapa más bonita en todas las relaciones, cada día me iba enamorando más y más de ella, me volvía loco por ella, literalmente.
Tanto era el amor que tenía por ella, que día tras día enamorándome, iba olvidándome más y más a mi mismo, ya no existía en este universo, yo solo existía por ella y ella era mi universo.
Que tanta baja autoestima podré haber llegado a tener para no poder concentrarme en las cosas que hacía, tanta baja autoestima que ni podía decir algo cuando estaba y ella me lo hacía, al final del año, cuando las clases ya terminaban, me sentía desesperado por no saber como poder encontrarla, tanto daño me había ahecho a mi mismo por solo pensar en ella, creo que había entrado en un trance de dependencia o algo así.
El último día de clases, a la salida le pregunté después que me había besado, como te voy a encontrar, y ella solo sonrío y se fue, a la tarde me escribió y yo feliz porque me había escrito a redes. Era un hombre feliz, dentro de una burbuja que yo mismo me he creado para evitar problemas con mi propio yo. Ahora, hablando frente a frente a la pared, desde la esquina postrado en la cama de un manicomio, imaginándome que estoy sentado frente a una laptop y escribiendo este pequeño fragmento de mi vida antes de asesinar a mi primo, pensando que era una piñata. Solo pienso en volver y ser feliz, hacer lo que me hace más feliz, sentarme y mirar televisión frente al mar.
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