– Me alegra mucho que por fin regresaras a la escuela – Tomoyo corrió a abrazar a Ushio fuertemente.

– Yo también me alegro de haber vuelto – le contestó Ushio.

      Era la mejor amiga de Ushio, su nombre era Tomoyo, y siempre estaban juntas, desde que tenían memoria. Tomoyo la esperó a la entrada de la escuela, para poder encontrarse con ella antes de entrar a la escuela, ya que se había enterado de que por fin regresaría su amiga, después del incidente que había vivido, y mientras caminaban hacía el edificio donde se encontraba su salón se encontraron con algunos de sus compañeros de clase.

      – Vaya, vaya, así que el fenómeno regresó a la escuela.

        Uno de los niños comenzó a molestarla y los que estaban a su alrededor comenzaron a burlarse y murmurar, era muy común que lo hicieran, Ushio poseía rasgos de un continente lejano, herencia de su madre, que, a pesar de haber nacido en el país, era considerada una extranjera y una extraña. Por esa razón, era constantemente molestada por sus compañeros, a excepción de Tomoyo y Youhei, su primo, hijo del hermano menor de su padre.

        Tomoyo notó lo expresión de tristeza en la cara de Ushio, miró con enfado a los niños que no dejaban de molestar, tomó la mano de su amiga y se la llevó adentro. 

        – No deberías dejar que te digan esas cosas – Tomoyo poseía una voz muy dulce, que combinaba con sus cariñosos ojos color gris. Al no obtener respuesta continúo hablando –, ellos simplemente te molestan porque no tienen nada mejor que hacer, el hecho de que seas diferente no tiene por qué significar algo malo, porque la verdad es que eres muy bonita.

        Ushio vio la cara sonriente de su amiga, respiró profundamente y se calmó. Continuaron su camino hacía el salón y comenzó una vez más su vida escolar.

        – Sabes, durante tu ausencia llegó a la escuela un niño nuevo – Tomoyo giró la conversación hacia otro tema para aliviar la tristeza de su amiga –, es hijo de un señor muy rico, que vive en la capital, pero trajo a su hijo para que pudiera recibir entrenamiento militar…

        – ¡Esperen! – eran los gritos de un niño que corría desesperado hacia ellas – Ushio, ¿Por qué no me esperaste? Salí corriendo como un loco de mi casa – era Youhei, quien vivía frente a la casa de Ushio, por lo que generalmente iban y venían juntos a la escuela.

        – Mi tía nos dijo que te habías quedado dormido, y mi mamá no quería que llegara tarde a mi primer día de regreso a la escuela, por eso me trajo – le dijo Ushio con enfado.

        – No es justo.

          Seguía tratando de recuperar el aliento, mientras entraban a su salón de clases y tomaban sus asientos. Estaban centrados en su conversación, y la clase estaba a punto de comenzar cuando el niño nuevo entro.

          – ¡Gohan! – Youhei le grito desde su lugar – el llego durante tu ausencia, es un gran chico, te agradara – le dijo a su prima.

          – Buenos días, creo que a ti no te conozco, mi nombre es Gohan Kinomoto, mucho gusto – el niño se presentó mientras hacia una ligera reverencia.

          – Mucho gusto, mi nombre es Ushio Furukawa – ella se levantó y respondió haciendo el mismo gesto.

          – Tu primo y Tomoyo hablaron mucho de ti, tenía ganas de conocerte – ante las palabras del niño nuevo Ushio se sonrojó ligeramente.

            Antes de que pudiera responder algo la maestra entró al salón y comenzó a dar indicaciones, por lo que tuvieron que postergar su platica hasta la hora del almuerzo. Parecía un niño agradable, y muy educado, que estaba ansioso por recibir entrenamiento militar, y a diferencia de ella, muchos de los niños se acercaban a él para poder intercambiar, aunque sea unas pocas palabras.

            El par de gatos blancos maullaban y observaban lo que pasaba, no tenían mucha diversión, era una calle tranquila, lo que también significaba que podían asolearse y dormir sin que los interrumpieran en el tejado que habían elegido. La abuela de Ushio estaba algo intranquila por el comportamiento de su nieta, además de algunas pesadillas que habían persistido durante esos dos meses, ella se comportaba como si nada hubiera pasado, y tenía miedo de que después sus emociones se manifestaran de forma agresiva. Por su parte, Nadeshiko, que estaba del otro lado de la mesa, también estaba algo inquieta, por esa misma razón, quería que su hija pasara más tiempo en casa, pero su papá había insistido en que era mejor que tratara de restablecer su vida.

            Con el paso de los años, ellas habían desarrollado una estrecha relación, a pesar de que a Nadeshiko no le gustaba hablar de su pasado, siempre daba rodeos, que hacían alusión a la muerte de sus padres y lo doloroso que había sido para ella, tanto la perdida, como el hecho de haberse quedado sola en un país donde no tenía más familiares. Tampoco había mencionado la razón por la que sus padres habían emigrado desde Iztlán siendo tan pequeños, ella aseguraba no saberlo, y por mucho tiempo las cosas se quedaron tal como estaban, pero después del incidente de su nieta, Aoi comenzaba a presentir que había algo más detrás de la joven que llego con su hijo años atrás.

            – Estoy algo preocupada por Ushio – le dijo Aoi.

            – Ya casi es hora de que salgan de la escuela, tal vez debería ir por ella – respondió Nadeshiko.

            – La acompañaste por la mañana ¿lo consideras necesario?

            – No estoy muy segura, tal vez solo por un par de días, en lo que se acostumbra de nuevo.

              Llegó unos minutos antes así que se quedó cerca de la entrada, esperó hasta que comenzaron a salir, y entonces vio a su hija, junto con sus amigos, se le veía tranquila y feliz, como si el incidente no hubiera sucedido. Tal vez estaba exagerando, tenía intenciones de irse, pero su hija la vio antes.

              – Mamá – Ushio corrió hacia ella, dejando a sus amigos atrás – ¿qué haces aquí?

              – Vine a ver como estabas ¿qué tal te fue en la escuela?

              – Bien, llegó un niño nuevo en mi ausencia – mientras hablaban, los demás se acercaron a ellas.

              – Buenas tardes, ha pasado tiempo – Tomoyo fue la primera en saludar.

              – Buenas tardes, soy Gohan Kinomoto, llegue a la ciudad junto con mi familia hace un par de semanas, es un gusto conocerla – Gohan se presentó de manera muy formal y educada.

              – Mucho gusto, soy Nadeshiko Furukawa, madre de Ushio.

              – Mamá ¿nos llevaras a casa?

              – Si así es, hoy los acompañare, vamos Youhei.

                Se despidieron de Tomoyo y Gohan, y comenzaron el regreso a casa.

                Habían pasado un par de días desde que Ushio regresó a la escuela, cuando la familia Furukawa recibió una cordial invitación, el padre de Gohan, los había invitado a comer, con la intención de conocerse formalmente entre familias. Era un hermoso día, llegaron a la hora indicada y fueron recibidos por un sirviente, era una casa muy grande y lujosa, que había sido renovada bajo las indicaciones de la familia, una vez adentro, el señor Kinomoto los recibió con gran alegría.

                – ¡Bienvenidos sean a mi hogar! Espero que su estadía se agradable, señor Furukawa me alegra que allá aceptado mi invitación – como símbolo de respeto, se dirigió primero a Shisui Furukawa.

                – No hubiera podido negarme, agradezco mucho la invitación a mí y mi familia.

                  Shisui presentó a su familia, su esposa, sus dos hijos, sus nueras y finalmente sus nietos, el señor Kinomoto hizo lo mismo, aunque su familia no era tan numerosa, solo su esposa y sus dos hijos, Gohan y su hermana mayor Sakura.

                  – Pero si mal no recuerdo, mi hijo Gohan y sus nietos más pequeños son compañeros de escuela, por lo tanto, ya se conocen.

                  – ¿Enserio? No tenía conocimiento de eso.

                    Ushio no tenía intenciones de decirlo en voz alta, pero era obvio que no lo sabía por que nunca se digna en dirigirle la palabra, a ella, o a su familia en general, todo ese tipo de asuntos los consideraba sin importancia.

                    – En poco tiempo estará la comida servida, Gohan hijo, ¿Por qué no llevas a tus amigos y sus hermanos a conocer la casa? Mientras nosotros podemos platicar más tranquilamente.

                    – Claro que si padre.

                    – Ustedes asegúrense de que todo esté en orden y a tiempo para la comida – habló dirigiéndose a su esposa y su hija -, no me gustaría que algo resultara mal en una ocasión tan especial.

                    – Por supuesto, con su permiso.

                      La señora Kinomoto y Sakura se despidieron y se fueron a la cocina, mientras tanto Gohan llevó a los demás al jardín, para después llegar a su habitación, era una casa mucho más grande que la de los Furukawa, por lo que quedaron sorprendidos.

                      – Ésta sí que es una casa enorme, y solo vivirán aquí cuatro personas, es increíble – Youhei no paraba de asombrarse a cada paso que daba.

                      – En realidad, solo estaré yo.

                      – ¿Qué? – sus cuatro visitantes quedaron sorprendidos ante la respuesta.

                      – Así es, mi padre quiere que reciba entrenamiento militar, que aprenda disciplina y esas cosas, pero todos sus negocios se encuentran en la capital, y no puede abandonarlos, por lo tanto, él, mi madre y mi hermana seguirán viviendo allá.

                      – ¿Y no te da miedo vivir solo en un lugar tan grande? – le preguntó Ushio.

                      – No mucho, en mi otra casa era lo mismo, papá nunca estaba en casa por estar trabajando, mamá sí, pero igual siempre estaba ocupada, supongo que extrañare más a mi hermana, que es con quien pasaba más tiempo.

                      – ¿Y porque ella no se queda contigo? – preguntó Hikari.

                      – Por qué dicen que ella no necesita entrenamiento militar como yo, que ella por ser mujer debe aprender a ser una buena esposa y administrar un hogar como el nuestro, a decir verdad, no lo entiendo muy bien, yo preferiría que se quedara conmigo.

                        La respuesta le indigno un poco a Hikari, los más pequeños del grupo se adelantaron un poco, y entonces pudo sacar un poco de su coraje.

                        – Ese tal señor Kinomoto es un … idiota.

                        – Deberías bajar la voz, estas en su casa, podrían escucharte, y es un señor muy importante… y rico – su hermano no parecía tan indignado como ella, más bien un poco divertido ante la reacción de su hermana.

                          Las muestras de afecto, y mostrar las emociones, incluso decir lo que se pensaba en voz alta, era algo poco apropiada en un país como Taiyama, con mayor razón en ambientes sociales, y espacios públicos, se tenía en alta estima el respeto, la tolerancia, la prudencia y la calma, y se esperaba que una familia respetable y de alto rango siempre guardara la compostura, pero para ellos era diferente, Nadeshiko les había enseñado que las emociones se podían compartir, y mostrar sin reservas, lo que les generaba mucho conflicto, conciliando entre lo que era correcto socialmente, y lo que les ayudaba de manera personal y emocional, lo que no afectaba a su hermana más pequeña, que no dudaba en mostrarse dulce y cariñosa con las personas que quería, y lloraba siempre que lo deseaba.

                          – Esto debe parecerte muy gracioso, o por lo menos normal. Ese señor lo único que hace es dar órdenes a todo el mundo sin importarle la opinión de los demás, me pregunto a quien se parecerá.

                          – Si, pero a diferencia de nuestro abuelo, el señor Kinomoto si sabe lo que es sonreír.

                          – Para el caso es lo mismo, no es posible que encasille a su hija a solo ser esposa.

                          – Es lo más normal.

                          – ¿Estás de acuerdo? – el enojo de Hikari comenzaba a cambiar de dirección hacia su hermano.

                          – ¿Qué? No yo… solo estoy diciendo que así son las tradiciones, y bueno… ya no quiero seguir hablando por que es posible que me asesines – Taichi tenía que calmar a su hermana o haría un escándalo y no lo creía conveniente –, escucha, no estoy de acuerdo, sabes que yo a ti y a Ushio las apoyaría en cualquier decisión que tomen, pero no todos piensan de la misma forma.

                          – Si no peleas en contra, también eres parte del problema, él es un hombre muy poderoso, pero te recuerdo la posición de nuestra familia, algún día también vas a poseer poder, piensa bien que es lo que harás con él.

                            Las palabras de su hermana resonaron en su cabeza, era permitido que las niñas fueran a la escuela, y recibieran entrenamiento, pero ninguna podía tener una profesión o trabajo después de casarse a menos que su esposo lo permitiera. Su abuela era un claro ejemplo de rebeldía, hasta hace pocos años era la directora del hospital más grande de la ciudad, a pesar de que su abuelo se oponía, y sabía que su hermana tenía intenciones de seguir sus pasos, pero ¿Qué pasaría si se casaba con alguien que no se lo permitiera? ¿Qué haría ante una situación así?

                            – ¿Hermanos? – Ushio salió de un pasillo para buscarlos – nos dijeron que la comida está servida, que debemos ir.

                            – Claro, enseguida.

                              La comida transcurrió sin contratiempo, y se quedaron hasta tarde. Pero la plática que tuvo con su hermana quedo grabada en su cabeza para toda su vida.

                                Etiquetas: aventura magia

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