Sin vuelta atrás

Y allí estaba ella, de pie, frente al mar, como tantas otras veces, sintiendo el agua fría del mar entre los dedos de sus pies, firmes sobre la arena. El viento revolviendo su cabello, y su mirada fija en el horizonte, con una determinación que antaño no tenía en su mirada.

. – Aquí estás- dijo él

. – Aquí estoy – dijo ella

. – Alma, ¿Qué has decidido?

. – No hay vuelta atrás, te di todo mi corazón, aposté por tí, y aún así me rompiste en dos. Se que te arrepientes, se que me amas, aunque no supiste amarme bien, y también se que te querré toda mi vida, pero esto acaba aquí.

Ella giró sobre sus pies y marchó en sentido contrario a donde estaba Cris, quieto, mudo, pálido, viendo como ella se marchaba, viendo su silueta y su cabello difuminarse cada vez más y más, sintiendo su corazón quebrarse a cada paso que ella daba y lo separaba más de él.

Y ella se alejaba, mirando al frente, notando su mirada penetrar en su espalda, y repitiéndose una y otra vez «es lo correcto, haces bien, es lo mejor para ti… No mires atrás o no podrás» mientras sus lágrimas resbalaban por sus mejillas, rompiendo su alma en pedazos…

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