La audiencia está eufórica, fueron más de diez rounds en los que el novato y primerizo concursante Josh había salido victorioso contra sus contrincantes. Todas las peleas fueron acabadas con sangre y destrucción. Algo que al público le encantaba como si fueran espectadores de una lucha de gladiadores. La situación se puso mejor cuando anunciaron por los altavoces del gran estadio que el siguiente combate sería contra el campeón indiscutible de los años pasados.

Ahora en los camerinos, se encuentra Josh descansando y practicando su memoria y lado creativo del cerebro porque, ¡aquí la única arma que hay es la imaginación, literalmente! Se encuentra mejorando su imaginación proyectando ideas y objetos para poder ser más rápido en el escenario. Tras un rato, un miembro del equipo le llama para que salga a luchar la última ronda. Está nervioso pero aun así le echa valor y camina hacia el exterior a enfrentar al campeón.

Ya afuera, el público le vitorea y aplaude al ver que ha llegado tan lejos. La gente se queda callada de repente cuando por los altavoces dicen, “¡Señoras y señores, sean bienvenidos al último combate de la tarde! ¡En el lado derecho, el primerizo pero sorprendente Josh. Un luchador que nos ha dejado boquiabiertos por sus habilidades imaginativas tan frescas! ¡Y por el lado izquierdo, al campeón de cada año! ¡No necesita presentación, el inigualable….Darius!”.

Una enorme puerta de hierro se abre en el lado izquierdo, y de la oscuridad del interior aparece un muchacho delgado y de apariencia muy joven. Se trataba de Darius y tenía diez años. Era un crío pequeño que daba gracia viéndole salir de una gran puerta. Josh viendo la escena, no puede evitar reírse y pensar que se trata de una broma. Empieza el combate y Josh se pone a vacilar acercándose al niño lentamente.

Es en eso que de repente, Darius hace aparecer dos gigantes manos a ambos lados suyos. Alza un enorme puño al aire e intenta aplastar a Josh. Él lo esquiva por poco y se pone alerta al ver que la pelea empieza. Da un salto atrás y rápidamente proyecta una espada y escudo en sus manos para atacar y defenderse. Por otra parte, Darius se transforma en un temible dragón. La batalla da comienzo y ambos se ponen a luchar.

La energía imaginativa de Darius es más fuerte que la de Josh, la razón es porque Darius al ser un niño no tiene dificultades al imaginarse como un dragón u otro ser. Es por eso que esta inicial pelea Josh lo tiene crudo y va retrocediendo poco a poco ante las escupidas de fuego de Darius y sus latigazos con la cola de dragón. En un esquive, este le clava la espada en la cola y el niño suelta un alarido de dolor. Josh corre a otro lado de la arena pero el enorme dragón le atrapa y le eleva hasta su rostro.

Siendo agarrado, este idea algún plan para desquitarse de Darius. Es entonces que imagina un enorme bate de béisbol y le propina un golpe en la cabeza al dragón. Este cae al suelo y Josh con él. Darius no queda inconsciente y rápidamente se transforma en un robot de un 1’64 metros y corre a por Josh. Él por su parte se transforma en un oso pardo grande y corre también a por él. Ambos se enzarzan en una lucha sangrienta entre zarpazos y golpes metálicos.

Tras un rato, Darius agarra a Josh del cuello y lo lanza contra la pared formando un boquete. El oso pardo queda aturdido y cae al suelo. El niño robot se acerca a él con intenciones de acabar con Josh. Pero el chico rápidamente se pone de pie y usando toda su energía imagina convertirse en un gigante con dos espadas enormes. El pequeño lo ve asombrado y este por su parte opta por hacer minúsculo como una hormiga.

Josh trata de pisar al diminuto ser pero no le atina en ninguna pisada. De repente, siente un cosquilleo en la pierna que escala hasta su abdomen y luego hasta su pecho. Se empieza a palpar el pecho y para su sorpresa, múltiples dagas como avispas le apuñalan. Al ser gigante esto le provoca un ligero sangrado pero no minúsculo. Se arranca la camiseta para buscar al chico. Este ya no está en su pecho sino en su mandíbula debajo. Darius, con un fuerte golpe de las manos gigantes que antes proyectó, le destroza la mandíbula a Josh haciéndole caer al suelo y volviendo a ser normal.

Parece que la pelea acabó pero luego Josh se pone de pie, Darius se lo impide y en un abrir y cerrar de ojos le apuñala con espadas flotantes todo el cuerpo. Luego le prende fuego y por último lo descuartiza en pedazos usando las manos gigantes antes mencionadas.

El expectante público rompe el ambiente con aplausos y gritos de jolgorio ante la increíble lucha presenciada. La pelea termina con el triunfo de Darius.

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