OTRORA
Pequeño arbolito creciente de finas hojas y tallo debil, harás fuerte raíz, al cuidado de sus manos, destacaran tus frutos entre tu especie, cuando sea hora, serás tronco maciso de sombra basta y duradera, propicia para siestas reponedoras, bajo ramas que mañana se extenderan más allá del límite medianero, soportando el fruto que años en nacer espera.
PRESAGIO EN EL
Presiento cambios extremos, desmantelando, sin respeto la serenidad predominante por años, consternación respiro, sin saber con exactitud el origen de esta sensacion, desplegando a zancadas un fuerte dominio, asentándo propiedad en el animo colectivo.
asoman señales alterando la convivencia, presencia intangible merodeando silenciosa las cabezas, mi instinto detecta, que algo callan, su lenguaje corporal les acusa.
Siento como los cimientos individuales se desmoronan, alterando las emociones familiares de forma evidente: miradas opacas, besos desganados, sentimientos confundidos, caricias desorientadas, por mencionar algunas.
Es indescifrable, pero perceptible, como su moral se arrima al suelo, justo en momentos que la perfeccion de vida era envidiable, inconvenientes, que jamás estuvieron en sus planes, presiento como sus emociones inciden en sus decisiones poniendo en jaque toda proyección de vida.
No comprendo sus gestos, advierten sucesos inexplicables, ¿algun dejavu anticipado a sus sueños escapo? Lastimando, sin ser un hecho aún, no comprendo lo repentino.
Arremete sin paciencia sus ganas de explosar, descargando en algún muro su impotencia, la cual se doblega, al estrechame con más fuerza de lo usual, hasta su alma se resigna a soltarme, como si restarán días para algún final, observo su esperanza nula, quien falla en las respuestas que busca.
No logro descifrar su lenguaje, y su mirada extraviada en el firmamento, quizas pide explicación al lamento fastidiando su interior, su silencio desprende fuertes inquietudes, un suceso inevitable sin aceptación aproxima, su temor parece confirmar lo que siento.
VERDE CONFECIONARIO
Como han crecido tus ramas, dando rienda suelta a la briza, que se genera producto del viento, haz sabido capturar y mantener entre tus hojas, para cualquiera que requiera un refugio fresco, con gran techo de sombra empinada sobre tu tronco robusto y erecto, de raíces aventureras explorando tierras más allá de tu eje imperfecto.
haz dado flor con orgullo, después de tanta espera, situandolas en lo más alto, para que destaquen de vistosas, ¿detectas, quizas, algo raro que avecina? Tus ramas mecidas, emulan dialecto, en un tono que tampoco resuelvo, como cuando me habla él.
me preocupa últimamente sus actos continuos de inestabilidad emocional, alterando severamente su humor, tantas veces preocupado, tantas veces en lastima sumido, no se tu, pero le jure lealtad y proteccion incondicional los mismos años que tienes tu, sobretodo con los obtaculos que enfrenta hoy, que trastabillan su concentracion encaminandolo a ruina, sin poder apelar a salvación.
intento detener el mal sentimiento que le aqueja, sin entender la causa exacta de su procedencia, sintiendome inútil, debilitando también mi existencia, intenta no demostrar dolor escondiendolo tras su tenue fortaleza, y en su mismo juego oculto bajo mi piel el daño diario que mi presentimiento deja.
la nostalgia a llamado sus memorias con carácter de suma emergencia, los recuerdos inmortalizados asoman con miedo y desgano, inevitable es ver caer sobre mi cuerpo tus lágrimas, esa actitud, me preocupa demasiado, pero callado trato resolver este evento inesperado, fuerza mayor inaceptable ya instalada.
pecho de latidos inquietos, con desafinada melodia, desde la lágrima primera, quien preparo lugar a la tristeza actual, bien acomodada, aferrada a la mirada, que tan cerca o lejos detecto, como, cuando lloras en tu cuarto deficiente en silencio.
Afección desconocida, recalcando el perdón sin haber causado agravio alguno. Se recuesta callado, donde acostumbro, bajo tu sombra, buscando entre tus ramas el milagro que suspenda su martirio.
se que ahora a cerrado las puertas a la empatia de sus cercanos, creando sonrisas de fantasía a los ajenos, evitando así que terceros intervengan en sus preocupaciones con aportes que podrían cruelmente enrostrar tarde o temprano.
Damasco silente de nula manifestacion, estático y verde, percibes solo agua y sol, confesionario de vivencias y secretos a baja voz, esperas la flor de tus brotes primerizos, justo, cuando la madeja de la vida se enreda a tu alrededor.
MI PRESAGIO
ataque imprudente neutralizado las excasas energías positivas que quedan, firmes a una fe que se agota, dejándola a nivel de minúsculas migajas, incitando a esa expectante «rapiña» a mi caza, cuando caiga mi último aliento.
Con la mejor seguridad posible mantén la protección, acariciame sin medida, y deja oír cuanto me estimas en cada beso, para apaciguar la inseguridad que me haz contagiado.
Procura la voluntad firme en defensa de los años, mientras acompañe las fuerzas, que en vano no sea la batalla al «extraño» que daña quieto tu guardia ya duditativa, ¿sabes a que vencer? O ¿te haz rendido antes de pelear?
Tan notoria es la inquietud, que la espeles, cuando intentas dejar esto en manos del cielo, quien carece de empatia y preocupación, con tal desaire no halló significado a tu credibilidad en la fe, intento entenderla, y solo veo nubes desentendidas, como multitud frente a un mendigo, sin interés por la pena, avanzando sin descanso ni un misero momento, para un respiro sin esta opresión.
he empezado con sollozos, distantes a tu presencia, disfrazados de normalidad, cuando te acercas, tras esa falsa sonrisa, creyendo que evitan no darme cuenta de la tormenta que monta tu cabeza, muerte para una resignación, que se lleva la vida, a través de tus ojos transparentes y descifrables, que no engañan a mi corazon que a la perfeccion te conoce.
Mal venido presagio, aprovechandose de la debil etica sobre pies vacilantes, celebrando un triunfo anticipado, aplaudiendo las plegarias en vano, de una fe sin acogida, manteniendo vivo el hedor a desastre venidero, también dentro de mi.
Que no haz dicho, que nos hiere, ¡dime!
LO NUESTRO
Noches expectante a la escena frecuente, donde la soledad asume un rol protagonista, manteniendo intacta la rutina, aquella, donde rompes la espesa negrura, al oír en tu ventana, que te necesito, para resguardar mi inseguridad, en la tulla alicaída.
inquebrantable entidad, apropiándose del mañana con indudable conviccion, depositando en mis entrañas su ferrea imposición.
y sales raudo con tu protección, golpeando las sombras de gruesa envergadura, en tus manos mi rostro es acopio de besos y caricias imparables, errantes, firmes y sin censura, avanzando al abrazo siempre necesario.
Palmas de rigidez involuntaria, húmedas por los escalofríos del miedo, evidente en tus ojos sin objetivo aparente, tus caricias se han vuelto mecánicas, sera por los tristes suspiros, que tiñen las pausas pensativas de lágrimas infinitas.
Autorización no necesitas para recorrer entero mi cuerpo, es tu derecho al darme cabida, cuando fui vagabundo en busca de cariño ambulante, entre mil transeúntes asomo tu mirada, cautivando mi alma sencilla, tu mano extendida me invito a la morada, donde nuestros destinos se entrelazaron, sin ser impedimento nuestra desigual naturaleza.
De todos quienes me valoran, nadie sacia suficiente, tu piel fije al habito, al igual que tu aroma que llega mucho antes que tú física presencia.
A PUNTO DE CAER
Huelo el tiempo disminuido, el ritual de recepción a variado en animo, se mantiene el acto por noble practica, pero no es lo mismo, un vuelco entendible por falta de serenidad respirable, donde la atención se centra en lo inesperado, y no, en lo que acontece en el instante.
El temor observa el amanecer tras nuestras pupilas, ha instalado soberanía casi definitiva, pensé que su estadía sería pasajera, rotundamente me equivoque.
Huésped vitalicio estrechando con un nudo mi garganta, desde la primera sensación de temor, impidiendo digerir alguna gota de alivio sanador.
Talvez mi inconciente me ha mostrado con anterioridad todo este acontecimiento, dejavu libre de mis recuerdos que se empieza a consumar fuera de mis sueños, dando forma a mi presentimiento, anunciando un epílogo al cual temo demasiado.
TRIUNFO Y DERROTA
La prisa se agita más que nunca, desfilan las despedidas fúnebres, el desorden de los muebles, fuera de su lugar, dejan entrever con dificultad, el rostro que me intereza más, quien concentra su labor en las situaciones que rompen la monotidad, desatendiendo mi necesidad.
Espero en mi lugar, desprotegido a merced de quien, cual parásito invisible, saborea el triunfo de su obra, escondido quizás, entre las ramas de tu gran composición, mientras transitan, los enceres que salen del hogar.
Huelo resina nueva brotar en tu corteza, sobre la añeja que hace tiempo cicatrizo, serán lágrimas por la tristeza que se vive hoy, y te entiendo a la perfeccion.
Extrañas personas se acercan invitandome a consentir sus caricias, antes de actuar, él interviene poniendo fin a mi disposición defensiva, nunca aprecie tan inmenso dolor en sus besos, toda la mañana espere para mimarle, y he aquí, en quebranto imparable.
Sumiso observo tras rejas nuevas el bien habitado, su cara empapada en gruesas lágrimas se difusa al avanzar, algunas mantienen fresca su humedad en mi piel, después de ese abrazo, difusa se hace también tu figura imponente de frutos maduros y hojas relucientes, algunas te desvisten intentando alcanzarme sin ser capaz por su endeble textura de lograr y otras son emisarias de una despedida sin vuelta atrás.
En el largo trecho el aroma familiar disminuye, nuevos procedentes de mi destino confunden mi olfato, que intenta rescatar lo tenue que queda de mí hogar, mis ojos perdieron todo lo reconocible, hasta la esencia triste de su voz se esfumó en el camino, y mi clamor reprimido quiebra la ferrea contención en que lo mantuve a tu lado, la derrota me arrebato la vida y esa vida eras tu.
Te amo, que lo entendieras, solo eso falto.
FIN
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