Uno nunca está preparado para las visitas inoportunas cuando se está en un intento de equilibrio constante. El día menos pensado llegó haciéndose sentir de la peor manera; primero un sofoco, palpitaciones, sudor, mareos, esa idea de morir cada vez más intensa que no se va por más que grites, llores o te abraces de quien tengas al lado. Uno nunca está preparado para morir, aún creyendo que sí porque el deseo de vivir, de no haber hecho lo suficiente se siente en esos segundos. 
Esa sensación adormecida se apoderó de mi cuerpo que ya hacía bastante había perdido un poco su sentir porque de las despedidas se va algo de nosotros que toma tiempo duelar. La idea de que en cualquier momento desaparecía permaneció un día, dos días, tres, cinco meses hasta llegar al año hasta que un día le pude poner el nombre que le correspondía ‘ANSIEDAD’. Ella me acompaña hasta el día de hoy para recordarme que todas aquellas heridas que no pude dar salida cuando lo necesitaban lo están haciendo hoy porque lo que uno no dice, por el motivo que sea, el cuerpo habla. 

Si algo que tomo de las películas que vemos en la televisión o las de disney es que al dolor hay que convertirlo en arte para que no duela demasiado y quién sabe hasta quizas te ayude a tí como me ayudó a mi entender que no somos los únicos, que hay más personas que padecen lo mismo y a pesar que haya momentos en que uno no de más siempre hay una salida. Sé que la hay. Porque nos merecemos mejores días, más risas, más abrazos, más amor. La ansiedad no viene a competir con nosotros sólo hace su trabajo hacer visible lo negado, pone en la mesa lo que no queremos ver, nos hace replantearnos la vida y qué es lo que estamos haciendo con ella ¿Somos felices? ¿Nos permitimos tener esos momentos? ¿Estamos donde queremos? ¿Trabajamos de lo queremos? ¿Realmente queremos estar con tal persona? ¿Quien yo elijo pasar mi tiempo realmente lo vale? ¿Mis amistades son realmente amigos? ¿Amo como quiero amar? ¿Me reprimo? ¿Hace cuánto no hago que yo quiero hacer y no por complacer? ¿Cuántas veces dije que si cuando quería decir que no? ¿Cuántas veces quise hacer cosas pero no pude por miedo? ¿Realmente soy quien quiero ser HOY? Todos los días cuando te levantas tenes una nueva oportunidad para empzar a cambiar aquello que puedes, no te castigues y cuando creas que no piensa en que hay en el mundo que está en tu misma situación ¿Qué le dirías? Pues… entonces tu también.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS