¿Me das un beso? Capítulo 1

Capítulo 1

La alarma suena, paso el tiempo muy rápido, salgo de mi mini balcón para apagar la alarma, llevo despierta desde las cinco y algo de la mañana, escucho los pasos de mi mamá bajar rápidamente las escaleras, es hora de la música. Me alistó rápidamente quiero ir caminando, la mayoría de veces mi padre me lleva y me recoge, pero hoy le dire que no lo haga, quiero pensar y yendo en carro no voy a tener el suficiente tiempo para hacerlo, termino de arreglarme, cogo mi maleta y me dispongo a salir de la habitación escuchando el vallenato que suena en el fondo mezclado con el canto de mamá.

Llego al colegio, me pareció relajante irme caminando, muy bueno para pensar, lo recomiendo, he llegado justo a tiempo al colegio ni muy temprano y ni muy tarde, alzó la mirada para visualizar si llegaron mis amigas, en lugar de ellas entra un joven muy atractivo, lo recorro de pies a cabeza, no me equivoco es jodidamente hermoso, me devuelvo a mirar su hermosa cara cuando lo encuentro mirándome de pies a cabeza, me siento incomoda y pego mi mirada a mi celular de nuevo, maldito karma, mi madre si me dijo no hagas lo que no quieres que te hagan, ahora entiendo mami, otra vez alzó la mirada y hacemos contacto visual, vaya, no me habia fijado que tenia los ojos verdes azulados, me dedicó una enorme sonrisa mostrando sus perfectos dientes, no se la devuelvo, me dispongo con demasiada fuerza bajar la mirada, porque a decir verdad quiero seguir mirándolo, y pasa lo que no me se me habia ocurrido por mi mente, se esta acercando, no soy muy religiosa, pero en ese momento le reze a todos lo dioses de todas las regiones existentes para que me ayudaran a detener a este hombre, entran mis amigas riendose de algo que dijo Nikol, se hacercan esquivando al muchacho.

-Hola, retrasada-dicen las tres al mismo tiempo.

-Hola retrasadas.

-¿Viste a ese chico guapo? Creo que venía para saludarte- susurra Nikol.

Levantó la ceja, Dios ahora no dejaran de molestarme con él.

-Nadie se puede resistir a la muchacha pelirroja-susurra Paola.

-Con esa carita tiene a todos chicos del salón a sus pies, lastima que siempre que se acercan a saludarte pongas una cara de culo-susurra Valery.

-No estoy para estar en relaciones, la mejor manera es ponerles mala cara, ahora tengo una pregunta -susurro-¿Por qué estamos susurrando?

-Porque el muchacho está cerca y puede escuchar todo-susurra Paola.

Las otras dos asisten con la cabeza. Iba a volver a hablar pero justamente entra la profesora Pilar, que hermoso es tener educación fisica a las primeras horas pienso sarcásticamente, las retrasadas se dirigen a sus puestos, afortunadamente yo ya estaba en el mio.

-Buenos días niños, como pudieron darse cuenta tienen un nuevo compañero, él es Andrés Mora Caycedo-dice la profe Pilar, ahora se devuelve a mirarlo-me presento soy la profe Pilar Rojas de educación física, te puedes sentar detrás de Amelia, la chica pelirroja.

Me quiero morir, juro que cuando dijeron que el de la chica pelirroja se le formó una sonrisa de felicidad, vaya ese es el precio de los dioses por hacerme el milagro anterior. Se acerca todavía con su enorme sonrisa, hago mala cara, así espanto a todos los chicos, este debe ser igual, pasa a mi lado mirándome y como buena pendeja que soy lo miro de reojo aun con mi mala cara, hacemos contacto visual de nuevo y agranda su estúpida sonrisa, maldito idiota. La profesora explica que es lo que vamos hacer cuando lleguemos a la cancha, vamos hacernos en grupos y va hacer en sorteo y que no pueden mirar lo que dice hasta que llegue ella a su mesa para anotarnos en su cuaderno, dioses ayudenme se los suplico, que me toque con una retrasada. La profe pasa puesto por puesto, primero llega al del maldito idiota y después llega al mio y saco el papelito, espero con impasiencia. La profe llega y pide que le digan el número que le salio en orden como ella entregó los papeles, aprovecho y abro el mio saque un cinco, hasta el momento no han dicho mi número y pasa mi peor pesadilla escucho el número que tengo yo detrás mío, oh no, no puede ser, me toco con el maldito idiota, los odio dioses, la profesora me pregunta que número saque y le respondo que el cinco. Cuando terminan de descubrir nos dirigimos todos a la cancha, me levanto rápidamente para poder evitarlo.

-Huyendo tan rápido Amelia-su voz me sorprende, no pensé que me alcanzara y además el muy infeliz es alto .

Le doy una mala cara.

-No

-¿Entonces por qué fuiste la primera en levantarse?

-Me gusta llegar rápido a los lugares.

-No sé pero no te creo.

-No me importa que me creas.

-Siempre amable nunca grosera.

Volteo los ojos.

-Vaya Amelia parece que no me quieres mirar ni en pintura.

-Correcto, quieres una estrellita por ser tan listo.

Llegamos a la cancha, no veo la hora de que se acabe esta clase.

-Eso no parecía cuando me miraste de pies a cabeza con una cara de que es muy atractivo, me quiero casar con él-dice con un tono de sarcasmo y alegría.

Mi corazón dejó de latir, se había dado cuenta, que vergüenza en este preciso momento me quiero morir o desaparecer, estaría feliz con cualquier resultado.

-Te quedaste callada, tengo razón, además la cara que pusiste me dice que es verdad.

Se ríe bajito este infeliz, cuanto odio a este idiota

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