¿Te puedo tocar…?

Observo caer lentamente tu ropa, roza tus piernas delgadas y torneadas …con sensualidad te deshaces del sostén, la única tela que tienes es tu panty…y ahí estás, tan natural, maravillosa, voluptuosa, como te imaginaba, como te soñaba, como te deseaba.

Tendida boca abajo, recibes la suave caricia de la punta de mis dedos y recorro lentamente tu sensual anatomía; entendiendo serenamente porqué la mujer es la creación perfecta de Dios.

Acaricio tu suave melena, la aparto para descubrir tu espalda torneada, fuerte, deseosa de ser recorrida por un extasiado explorador de sensaciones…

Maravillado por el sentir de mis dedos y de mi mente, decido ir al encuentro de tus fuertes piernas cruzadas sensualmente, como puerta de una bóveda prometedora, llena de secretos; prestas a facilitar su apertura y permitir adentrarme a un encuentro profundo, retador; dispuestas a quedar entrelazadas a las mías…a mi deseo y a mi desbocada pasión.

En el momento más sublime de mis caricias, te volteas, me miras con arrebatadora pasión y como un ángel apasionado me preguntas…te puedo tocar?

Adelante…ahora soy tuyo.


Arturo Ezquerro – Amores entrelazados

(Enero / 2012)

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