You talking to me?

You talking to me?

Rosa Pérez

07/03/2018

Ahora sacaría la pistola. Así. Clac, clac. Te he visto venir, imbécil de mierda. Bueno, aquí estoy. Atrévete. Vamos, empieza tú. Atácame. Ni lo intentes, pedazo de cabrón. Y otra vez. Clac, clac. You talking to me? You talking to me? Dime, ¿es a mí? Entonces, ¿a quién coño le hablas, si no es a mí? Aquí no hay nadie más que yo. ¿A quién cojones crees que estás hablando? Clac, clac. Se va a cagar. Se le quedaría el culo así de pequeño si me viera aparecer con la pistola y con la cresta. Joder, Manolo, que no te puedes rapar la cabeza, que no tienes ni pelo. Ostias, es que es mi cumpleaños y no tengo ni pelo. Menudo regalazo sería: tener pelo y pegarle un tiro. Así sí me quedaría a gusto. Verle la puta cara cuando me viera con la pistola y con mi cresta, y le miraría a los ojos, así, ladeando la cabeza. You talking to me? Estoy hasta los huevos de sus gritos, que se me pone a cinco centímetros de la cara y le noto hasta el aliento, al niñato de mierda, que se piensa que le puede hablar así a un tío que podría ser su padre. ¡Joder! ¿Es que no lo ve? Que llevo en el taller veinticinco años partiéndome el lomo para cobrar siempre la misma mierda, que me han subido veinte euros en tres años. Y no te dan ni las gracias. ¡Su puta madre! Que hasta mis hijos me compadecen. ¿Qué mierda de ejemplo les doy? ¡Joder! Que llego a casa tan rebentao que no puedo ni echarle un polvo a mi mujer. Que no, Manolo, que no hay huevos. You talking to me? Que con cincuenta tacos me duele la espalda como si tuviera noventa y que no puedo ni salir de debajo del coche. Que mi mujer me hace meter las manos en lejía viva para quitarme lo negro de las uñas, que me huele la cabeza a valvulina. Que no, que esto no es lo yo quería. Un tallercito para tres o cuatro coches. Comprar un Mini y restaurarlo, o un escarabajo o un seiscientos. Eso quería yo. Tampoco pedía tanto. Y cumplo cincuenta, medio siglo, y no tengo ná. Ni dinero, ni vacaciones en la playa, ni pelo, ni ná. Que me miro al espejo y no sé ni quién soy ni qué he hecho con mi vida. Trabajar. ¿Y pa qué? No llores, Manolo, que las lágrimas son de maricas. Que no pasa ná, que al menos no estás solo, que tu familia te quiere mucho y te arreglas tú mismo el coche. Basta de lágrimas, digo.

You talking to me? Así haría, clac, clac. Y ¡pam! En medio del careto. A ver a quién le levantas ahora la voz. A ver.

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