A las 7 y 30 me despertó el alboroto de los benteveos en los árboles del patio. Parecía que me ordenaban levantarme temprano como lo hago cada mañana, desde hace muchos años. Desde niño me gustaron los benteveos. Me hacen recordar las mañanas de verano en casa de mi abuela donde me instalaba de vacaciones, los meses de diciembre, enero y febrero. Alrededor de la casa había gran cantidad de árboles, de todo tipo y tamaño. Además de los benteveos, revoloteaban y cantaban otras especies pero los benteveos eran, para mi gusto, los más lindos y expresivos.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS