Hamallishka o un Frío Camino

Envuelto en un cúmulo de tristezas que son muy mías

Navega el recuerdo de su cariño y de sus grandezas en mi mente

Ingenuamente la estaba creyendo parte de mis eternas alegrías

Y no vi que de mi corazón se alejaba cada vez más lentamente

Mi alma me pregunta: ¿Qué es lo que hacemos, que rumbo será ahora el que tomemos?

Y yo no sé qué responder a ciencia cierta

Pues ella era la guía de mis nobles sentimientos, era mi horizonte

Su hermosa sonrisa me inspiraba algarabía, sensación de inacabable fiesta

Para quién serán los sonidos de mi voz que fueron para ti bellas canciones

Todo eso se lo llevará el viento frío de esta vida, una incertidumbre dolorosa

Hoy que es un febrero triste, Sentado estoy mirando calladamente al cielo

Queriendo borrar los recuerdos, las buenas historias, las perfectas ocasiones

¿Y si mejor tomo mi corazón entre mis manos?

Y lo siembro en el suelo fértil, hogar caluroso de la Pachamama

Y que la tierra bondadosa lo cubra

Y que el agua del cielo lo riege y no mis lágrimas interminables

Y que el Sol lo haga madurar con cada mañana de su magia siempre bienvenida y oportuna

Y por lo menos veré así, podré ver si aquí, si de aquella semilla casi sin fuerzas, puede algo bueno surgir.

En caso de ver cumplir aquel último anhelo, podré al fin ser feliz aquí, mi vida, triste memoria que alguna vez fue preciosa, fue verdad, y luego levantarme, sacudirme el polvo de la cara y a lo que tú y yo alguna vez fuimos, no volver a mirar, a querer ni adorar jamás.

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