En las noches circulaban muy pocos colectivos por las calles. Había paros muy seguidos y muchos choferes tenían miedo a quedar atrapados en algún tiroteo entre militares y guerrilleros. Yo cenaba en el departamento de una novia y a las diez de la noche salía a tomar el transporte urbano para ir a trabajar. Más de una noche, al no circular colectivos, tenía que caminar treinta cuadras para llegar al trabajo. Caminaba por dos amplias e iluminadas avenidas, donde solo transitaban autos y muy pocas personas, siempre hombres jóvenes como yo. Llegaba a horario, marcaba tarjeta y empezaba mi tarea de cada noche. Hoy pienso en mi audacia o inconciencia. Nunca me sucedió ningún percance. Era joven y hacia las treinta cuadras con paso rápido y ágil. Caminaba abrigado por el intenso frio pero luego de diez minutos de caminata entraba en calor. Me parece que andaba por los 22 años de edad.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS