Hasta acá está bien

Un psicólogo me dijo una vez:

De los demás solamente podemos esperar lo que ellos son, no lo que somos nosotros.

¿Qué quiso decir con eso?

Muchas veces actuamos esperando recibir lo mismo que estamos dispuestos a dar, incluso hasta pensamos que es algo lógico que deba reaccionar de tal o cual forma ante algo que yo hago para esa persona, simplemente por el hecho de que yo lo haría, pero nunca nos llenamos, nunca vemos esa reciprocidad que esperamos. 

Cuando no es así como esperábamos y nos damos cuenta de que las personas no van a dar lo mismo que nosotros, solemos enojarnos, ponernos tristes, decepcionarnos.

Ojo!, No confundamos. Está bien que esperes mucho y que sepas lo que vales, pero si ya viste que esa persona no te va a dar lo que esperas, lo que necesitas o buscas, aléjate de ahí.

Probablemente te hagan sentir que salís perdiendo si te vas, pero pregúntate esto… 

¿Yo perdí?… ¿Quién perdió? Fuiste leal, respetaste, priorizaste, diste todo y un poco más también, apoyaste y estuviste en sus peores momentos, entendiste, perdonaste, creíste, aguantaste hasta sus mentiras. 

Créeme, no fuiste vos quien perdió. 

Ya pasó el tiempo de dar oportunidades a quien no las valora. 

Ya pasó el momento de invertir tiempo en personas que no pueden devolverte un minuto del suyo. 

Ya pasó el momento de dar muchísimo y conformarse con migajas y mucho menos de lo que uno merece.

Ya hiciste y diste demasiado.

Hasta acá está bien.