That’s My Lolito

Esta pasión era insana, no había duda pero no era cosa que pudiera controlar esto que sentía. No es justificación, de ninguna manera podría serlo pero en mi naturaleza comprendí que mi debilidad por el placer y la impulsividad por conseguirla era algo que nunca pude hacerme cargo. Dejé de ver a Giacomo como lo que era, un púber ajeno a mis posibilidades y mis apetitos de mujer desenfrenada lo sexualizaron vilmente, era claro que mis instintos resultaban incontrolables. Esto se había vuelto, mi hostil novela de Lolita convertida en Giacomo pero en mis delirios le llamaba Lolito imaginando que cada párrafo de Vladimir Nabokov era dirigido a Giacomo no a joven Dolores. Lolito no era mío probablemente nunca lo fue, pero estos depravados deseos prohibidos llenos de libido sexual dirigidos a su continua juventud me hacen pensar que algún día lo será, quizá la vida lo alejó de mi por algo y lo agradezco. Es sano alejarlo de esta mente enferma de placer, poder, egoísmo, parafilias y hedonismo que nunca ha entendido que es amar y lo admitió esta poeta cayó en el encanto de un lolito de nombre Giacomo.

Ningún hombre fue capaz de resistirse a mí, o al menos eso creía antes de conocer a Giacomo Messana. Fue mi des virtud antes, mi profunda y desmesurada manía por meses enteros por haber sido el único en haber herido mi ego. Fue una completa vergüenza haberme fijado en él, un pobre mancebo estúpido incapaz de saciar mis apetitos tantos como carnales tantos como mentales pero más fue mi deshonra al obsesionarme con su rechazo. Al principio fue duro sacarlo de mi pero al poco tiempo estaba satisfecha con el sinfín de entrepiernas masculinas que siempre gocé, ahora solo era un recuerdo y tal vez en unos días ni eso seria. Pero vaya que todos tienen su karma pues al final volvió obsesionado por mí, me buscaba por doquier, me rogaba atención la cual sin problema antes le habría dado sin ningún problema pero como siempre sucede su rostro ya no tenía relevancia. Llegó al punto de hostigarme al sentirse rechazado una y cuantas veces lo hice, se convirtió en un acosador, que permanecía ahí en asecho. Lo que antes tanto deseaba ahora tanto odiaba, su maldita atención la cual no me dejaba respirar. Era lo que antes hubiera deseado o tal vez ni antes, ya no lo soportaba. Giacomo mi púber desventura deja de buscarme hace tiempo perdí el interés en ti y nunca volverá.

BARAKAT.

(No normalizó con esta novela el abuso, de ningún tipo lo único que llevó a plasmar es literatura imaginación literaria. No se esta ni normalizando el concepto, y mucho meno incitando a comértelo en la vida real. CADA QUIEN ES RESPONSABLE DE SUS ACCIONES COMO ADULTO DE SUS ACCIONES, ESTO ES SOLO LITERATURA, IMBECIL EL QUE NO DISTINGUE Y LLEVA SUS ACTOS MAS ALLA)