Una vez hablé con un gato, estaba en mi cama mirándome comer unos sandwiches de atún, luego de un breve momento de recreación medicinal empecé a notar que el gato me miraba con enojo por no brindarle un trozo de mi sandwich de atún. A lo que respondí que efectivamente, no le iba a dar absolutamente nada puesto que era mi sandwich de atún, él continuaba en su búsqueda de un trozo de comida a lo que reiterativamente me negaba y él se negaba a creer. Empezó a voltearme la mirada con un tono de orgullo y dignidad puesto que volteaba solo sus pupilas a mi dirección y volvía a ubicarlas en el sitio inicial, yo afirmaba que era injusto que se comportara así puesto que no le iba a dar y sus miradas de odio eterno hacia mi no iba a lograr que mi determinación se esfumara, así que empecé a molestar su orgullo, diciéndole que sabía que sentía un gran afecto por mi, a lo cual, él seguía respondiendo con su gesto orgulloso, sin embargo, comencé a notar que cuando realizaba ese gesto su oreja derecha tenía un tic nervioso, así que pude darme cuenta que siempre que lo hacía, era porque decía una mentira, lo observé realizar dicha acción varias veces, entonces empecé a preguntarle cosas, ya que podía identificar en gestos del felino, sus respuestas a cualquiera de mis dudas.
La primera pregunta que hice, ya que suelo encontrar que la superstición esta presente en cada una de mis acciones, fue, si era capaz de ver la muerte, cuando realicé la pregunta se quedó mirándome fijamente y lentamente vi como sus pupilas se tornaba blancas y se mantenía en esa posición, pude ver que a demás no respiraba y tampoco movía un solo milímetro su cuerpo, inmediatamente respondí acariciando su cabeza intentando hacer que despertara de ese estado en el que se encontraba, luego de mi segundo intento, el gato volvió a respirar y empezó a irse el blanco de sus pupilas, sin embargo no dejó de mirarme durante unos segundos y volteó su cabeza, en ese mismo momento estaba masticando un trozo de mi sandwich de atún, cuando sentí que pasaba un trozo de hacia mis pulmones, haciendo que se contrajera mi diafragma y empezara a buscar el aire, de la misma forma que expulsar el trozo de comida, recuerdo que me caí de la cama, y el gato que estaba al lado mío solo observaba mi desesperado intento de buscar aire, recuerdo que en un momento perdí de vista al gato, lo que me impresionó porque sabía que ni siquiera había parpadeado un solo momento, ese detalle me hizo olvidarme de la tos que tenía, por solo un momento, hasta de volteo mi rostro y veo al gato, mirando algo moverse encima de mi.
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