El silencio resuena en los adoquines

Y se extiende más aún en esta tarde gris

El empedrado deja oírla soledad de la ciudad

Parece que la tristeza se hace presente

El silencio se deja oír

Se arrastra suavemente con su carga

¿Será angustia, dolor, amargura, arrepentimiento?

¿Será el alma de la joven que llora por el amor perdido?

Se oye gemir

¿Cómo serán sus ojos, su rostro, sus labios?

¿Cómo será su alma?

Tan blanca y tan pura

Tan niña, tan inocente

Que el amor pícaro no vio el destello de sus ojos cuando lo miraba.

¡Qué silencio tan profundo!

¡Cómo resuena en los adoquines!

Es largala agonía,

Es largo el silencio

Nunca dejará de ser el canto

Del ave la que anuncie el final.

El silencio se deja oír

Y lo único que se llega a escuchar

Es el gemido tremendo

De la joven que llora por el amor perdido-

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