y mirad en tu clemencia,

El sórdido alarido del desgraciado,

Que clama por justicia,

De sus errores del pasado.

Y mirad en mi clemencia,

El latente vinculo,

Que azota la rabia,

Y quema con furia el camino.

Y cantad por tu perpetua,

Dignidad maltratada,

Hojalata ya roída,

Por la inclemencia del tiempo.

Y cantad por mi perpetua,

Dicha plena y pura,

Parrón florecido,

Que sombrea al dichoso.

Y parad ya el gozo,

Que dichoso no me siento,

Hoy perdimos a la hermosa,

Hoy perdimos una rosa.

Y sentado ya me encuentro,

Fijamente el cajón observo,

Mirando en tu clemencia,

Debatiendo con mi alma.

Hojalata roída por el tiempo,

Que marchito mi amada,

Que enmudeció mi tierno

Canto de la vida.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS