Pablo Miguel, el Testigo fiel.

Pablo Miguel, el Testigo fiel.

RICARDO ISMAEL

25/04/2022

Dedicación.
A todos aquellos, que de una manera u otra, nos dieron las fuerzas necesarias para sobrellevar el dolor y la angustia durante todo éste tiempo.
No daré nombres, ahora, pero cada uno encontrará su lugar en éste relato y se sentirá vivo al saber que fueron herramientas útiles de un Dios amoroso, que jamás nos abandonó.

Agradecimiento
En forma particular al cuerpo médico del CENAQUE por la atención y entrega profesional y la predisposición para con nosotros.

Nota:
La información complementaria sobre tratamientos hospitalarios resumida en ésta historia, ha sido recopilada de las revistas La Atalaya, Despertad, documentos de Internet y la propia historia clínica de Pablo Posse, avalada por profesionales en la materia.
Así como las notas, citas o referencias bíblicas fueron tomadas de la propia Biblia, sin querer incurrir en ningún delito por plagio.

Montevideo 22 de marzo de 2001.
Son las 23:30, está lloviendo y el viento sopla fuerte. En realidad no sé lo que quiero, no sé si quiero escribir para mí o para quién, tampoco sé donde he de llegar, lo que sí sé, que estoy ahogando éste sufrimiento, tratando de sacarme de adentro todo lo que mis ojos vieron, mis oídos escucharon y todas las lágrimas que mis manos secaron. Olvidarme de todas las túnicas y tapabocas celestes y zuecos plásticos verdes, rojos, blancos y anaranjados de los funcionarios de aquel CTI del Centro de Quemados.
Hoy hace 15 días que Pablo se accidentó, sabemos que su estado es grave, muy grave, a tal punto que cada segundo es una batalla que le gana a la muerte. Pero aun alimentamos la esperanza de verlo de nuevo en casa, con sus hijitas Lucía (2) y Ariana (3 meses), y su esposa Laura por las que tanto lucha día a día y se enorgullece.
En cuanto a mi, simplemente su hermano político (cuñado), esposo de su hermana Sandra, también tengo dos hijos Gastón (13) y Gonzalo (11). Tanto Pablo como yo, somos trabajadores independientes y el único ingreso monetario en nuestros hogares viene por nuestro quehacer. Trato de imaginarme lo que debe estar pasando en su cabecita por no poder sustentarlas, quisiera estar en su inconsciencia para decirle; Pablito,…..Pablito, estamos acá, no nos aflojes, las nenas están bien, con los abuelos Victoria y Julio, ahora más que nunca tenés que pelearla.
Pero una gran incertidumbre nos genera su estado, a los que día tras día esperamos entre las lilas paredes del piso 13 del Hospital de Clínicas, algún informe positivo y alentador que nos dé fuerzas para seguir adelante.

Un día como cualquiera
Aquel fatídico 7 de marzo Pablo Posse (25) se despidió de sus hijitas como de costumbre, besó la cabecita desgreñada aun sin despertarse de “La Luji” como solía llamarle, y la bochita pelada de Ariana. Ese día, su amada no le oyó partir, pero de seguro se quedó respirando el perfume de su piel, el cual seguramente envolvió su cuerpo durante la noche, esa piel que tanto ama, después de su Dios, Jehová. Y se marchó con el aire del verano que aún no termina, anhelando que pasen pronto las horas de la jornada para volver a su hogar y matear con Laurita, jugar con las nenas o ir al Salón del Reino.
Como hombre joven, luchador incansable, no rechazaba nunca un trabajo, a tal punto que si no sabía hacerlo, lo aprendía. De modo que se hizo electricista, herrero, albañil, hasta mozo de fiestas, dejaba su mameluco para vestirse de noche.

Días antes fueron invitados a un casamiento y supe que estaba muy preocupado por la ropa que lucirían aquella noche.
Lucía cuando se duerme, lo hace con el padre, se despierta y pregunta por el padre, se baña pero con el padre, se peina y es Pablo quién le hace las colitas y Ariana va por el mismo camino, simplemente “un Padrazo”.
Pero aquel día, se encontraba colocando membrana asfáltica, sobre un techo de zinc a diez metros de altura, había buen tiempo y la temperatura reinante era muy alta, Pablo se sacó la remera y siguió trabajando de short, zapatos y gorro, colocando unos remaches. Ecio Filipponi su compañero y además concuñado, se encontraba a unos metros, con una garrafa de supergas de 13 Kg y un soplete con el que quemaba dicho revestimiento. En cierto momento, Ecio advirtió salir humo por debajo de las chapas, sin pensar que pudiera ser importante continuó la tarea en otro sector.
No pasó mucho tiempo cuando nuevamente el humo se hizo presente, pero ésta vez amenazador, ¡¡Pablo, vamos porque esto está ardiendo!! Cargó la garrafa y ambos escaparon hacia los andamios, su única salida, sin saber la suerte que habrían de correr.

Rápidamente el fuego tomó toda la parte superior de la construcción, hasta que los cristales estallaron en mil pedazos, permitiendo que las llamas salieran en busca de oxigeno y de nuestro Pablo, al que literalmente cocinaron cuando ya estaba sobre el andamio.
Una densa columna de humo negro, se elevó por sobre la ciudad, tanto que oscureció los ojos de su padre “el Gallego Posse” quién repartiendo diarios la divisó, ¡¡ Miren, miren eso es un incendio!!-exclamó, sin saber que su “Bebé”, como decía mamá Violeta, estaba implicado.
Un metro más abajo, pero debajo del tablón estaba Ecio, quién no sufrió ni un rasguño.

Eran las 10:30. Desde ese momento, ya nada fue igual.

Envuelto en llamas y a ocho metros de altura intentaba sofocarlas y mantenerse en pie.
Con el resto de sus fuerzas, bajó por el andamiaje metálico, desorientado por la explosión y el dolor insoportable que las heridas le causaban.
A lo lejos, sintió una voz desgarradora, que le gritaba desde el cantero central de la avenida;
¡¡Loco veníí…..bajaá, vení conmigo, acá hay agua!! Aquella voz, se oía una y otra vez, como si también se estuviera quemando.

Eludiendo vehículos, entre bocinas y frenadas socorrido por aquel ser, cruzó la doble vía, ancha… tan ancha que parecía no tener fin.
Ya en el interior del local, un taller mecánico donde éste trabajaba; aún consciente se miró las manos,… su piel, o lo que quedaba de ella, se estaba despeñando, ¡¡ mis hijas, mis hijas!! -sollozaba, y mientras la ducha fría bañaba el torso desgarrado de dolor, le oraba a Jehová su Salvador. Susurros y lamentos ya desentonados, cobraban vuelo en pos de ayuda.

“Ayudame, ayudame”

Afuera, todo era nerviosismo y a la vez negligencia, desazón, congoja, irritación. Los bomberos que no llegan, los teléfonos escaldaban llamando ambulancias, su luz se desvanecía entre el dolor, el pánico, la fatiga y un nombre mordiendo los labios,… Jehová.
Cuando la emergencia móvil lo asistió, no sabían de donde asirlo, hasta que una vez en la camilla, Pablito se preparaba para el viaje más largo de su vida, del que aun no sabemos si volverá.

En otros puntos de la ciudad, todo era normal, yo me encontraba en un taller de bobinados con un motor eléctrico, el cual llevé a reparar. Así como yo, todos estaban en sus actividades, unos trabajando, otros paseando, otros preparando el almuerzo y el planeta seguía girando, pero Pablo estaba allí.

Recibí la llamada a las 11:00am. Media hora más tarde, me hallaba en la planta baja del hospital, donde nos reunimos con mi esposa. Presurosos corrimos hacia los ascensores, al llegar nos encontramos con un mundo de gente que aún no salía de su espanto.

¿Qué pasó?, ¿Cómo fue?, ¿Dónde estaban?, ¿Por qué? …………… y miles de preguntas buscando responsables por decisiones tomadas o acciones no realizadas, porque es muy fácil condenar, pero el suceso imprevisto nos rubrica. También es fácil querer mitigar el dolor con dinero, como seguramente alguien se sentirá aludido, pero a la hora de dar apoyo anímico y espiritual, solo aquel que lo hace de corazón y bien fundado será un pilar para los oprimidos.

Se dijeron muchas cosas, pero supe que en el interior del local, en ese momento se trabajaba con pintura acrílica, ésta desprende muchísimos gases altamente combustibles, sumado al encierro y la falta de oxígeno, situación fatal.

A pesar del desastre, la mano de Jehová se vio en todo momento, hubo quienes incondicionalmente se brindaron por entero, con palabras de aliento que nos reconfortaron y mucho, dando un buen testimonio de hermandad cristiana, pero también hubo quienes culparon indirectamente a su cuñado que tuvo la suerte de salir ileso.

Al igual que el Apóstol Pablo en su Carta a los
Filipenses 3:2
Pablo, que nunca se abstuvo de encomiar como tampoco de reprender cuando las circunstancias lo requerían, vio que en este caso lo que se necesitaba era estímulo. La congregación tenía opositores, que querían jactarse de su ascendencia, pero parece que no habían influido seriamente en los hermanos.

Próximo a las 12 y 30hs, recibimos el primer informe médico de la Dra. Batisteza:

“Es un caso de extrema gravedad, hay riesgo de vida permanente, con un 80% de superficie corporal quemada. Las posibilidades son pocas, pero hay muchas cosas por hacer, lo favorecen la edad y la fortaleza física”.

Resumen de ingreso
Paciente de 25 años, mientras realizaba tareas laborales, sufre injuria térmica con fuego directo, con explosión, siendo asistido en forma inmediata por unidad de emergencia móvil prehospitalaria, cuyo médico lo cataloga como gran quemado, estimando una superficie corporal quemada del 70%, sospechando injuria de vía aérea, por lo cual se realiza vía aérea artificial, previa sedación con valium, analgésicos y traslado inmediato a éste centro. Al ingreso, paciente en coma farmacológico, con superficie corporal quemada del 87,5% desglosada en 62.5% intermedio, 15% profunda, comprometiendo: cara, cuello, tronco (anterior y posterior) respetando región genital y plantas de pie.
Se realiza balneoterapia y luego pasa a CTI.
Jueves 8 de marzo
Al segundo día, se pudo evaluar con exactitud el estado de Pablo; la superficie con quemaduras de 2º grado llega a un 67% y un 15% de 3º grado.
En las quemaduras de 3º grado la piel se destruye por completo y resultan también dañados los tejidos subyacentes (subcutáneo, músculo e incluso hueso). La destrucción de la piel, rompe la barrera principal contra la infección, siendo ésta la primera causa de muerte en las personas con quemaduras grandes. Además la destrucción de dicha barrera cutánea favorece la pérdida de líquidos corporales y por ende hay deshidratación.

“En vía aérea, también se observaron quemaduras por inhalación de humos y gases de combustión, lo que empeora aún más el pronóstico”.

Ambos fenómenos, la infección y la deshidratación, alteran de forma grave las funciones, pulmonar, cardiaca, hepática y renal.

Durante el informe, se nos comunicó que necesitaría sangre en grandes cantidades y que se enfrentaría a múltiples cirugías.

No logro describir el semblante del médico, cuando Sandra, mi esposa, le manifestó que Pablo no recibiría transfusiones de sangre, pues estaba frente a un Testigo de Jehová.
En ese instante tomé conciencia de lo que afrontaba. Tantas veces oí hablar de la abstinencia de sangre y ahora estaba en medio de una tormenta con aguas muy agitadas.

Preferí virar y observar, pues las olas me llevaban de un lado a otro y hasta llegué a pensar que lo estaban dejando morir.

Luego comprendí, que dejar morir a una persona es no hacer nada, y Pablo podría recibir el mejor tratamiento posible, a excepción de la sangre.

Mientras tanto, del otro lado del hall, los teléfonos celulares, agotaban sus baterías en busca de ayuda. Era imposible contar cuantos éramos, quizás treinta, cincuenta, pero todos querían ayudar. Se oían voces, llantos, oraciones en voz alta. Fue uno de los momentos más tensos.
A mí alrededor retumbaban cuatro nombres, Jesús Berruti, Gerardo Escribano, Delfos Beltramelli y el Dr. Daniel Domínguez (Abogado), el comité de enlace, ¿quién tiene los números? ; Todas las llamadas iban dirigidas a ellos.
En instantes, el Dr. Domínguez se hizo presente y se comenzaron a manejar nombres de las diferentes medicaciones alternativas a la transfusión sanguínea, Eritropoyetina, Lactato de Ringer, Albúmina y Dextrán, asociados a una técnica quirúrgica, en la que es muy importante una buena planificación para minimizar los sangrados.

La medicación se podía conseguir sin problema, había stock en la sucursal Betel de Colón, Central de los Testigos de Jehová en Uruguay. Lo difícil sería convencer al cuerpo médico de que la utilizara. Por tal motivo, Sandra, solicitó a la recepcionista del CTI hablar nuevamente con el Dr. Cabrera para exponerle las alternativas, reunión que se llevó a cabo ese mismo día con Laura, esposa de Pablo, y su papá.
Así fue.

Franqueada la primera puerta, los tres avanzaron temerosos, sabiendo que se enfrentarían a una difícil situación. Por un lado, Laura y Sandra sabían que deberían explicar a profesionales el porque de la negativa de la sangre y por otro, su papá, no teniendo su misma ideología querría salvar la vida de su hijo, sin importar a que precio. ¿Qué harían? ¿Qué dirían? Al enfrentar la puerta cancel del área restringida, su padre se retiró de ellas con la vista fija hacia adentro a través del vidrio, como buscando una respuesta y habló unas palabras a solas con el médico.
Allí, Sandra le tomó las manos a Laura, porque sabía, que la decisión final la tendría su esposa, entonces le dijo:

“No desfallezcas, sé fuerte, pensá en Pablo, el no puede hablar, no puede explicar, vos tenés que hacerlo por él, pensá en cuanto ama a Jehová y que no quisiera fallarle, acuérdate de los fieles siervos de la antigüedad, ellos también tuvieron pruebas difíciles y se mantuvieron íntegros, pensá en Job, en Abraham, en Moisés, en Sara… ahora te toca a vos ser la Sara moderna y estar firme y fuerte para defender a Pablo,
tenés a Jehová de tu lado, confía en Él” En ese momento salió el médico y entraron.

Comenzó diciendo:
Como ustedes ya saben, es una situación grave, es un paciente crítico, estamos coordinando una operación para el sábado y necesita transfusiones de sangre, yo entiendo que es Testigo de Jehová y todo lo que ustedes quieran, pero ahora se trata de su vida, usted tiene que decidir, dirigiéndose a su esposa, piense en sus hijas, ellas necesitan al padre y usted también.

Mientras tanto, Laura se esforzaba por expresarles que no era su decisión, solo defendía la postura de Pablo, que era una decisión personal de él y ella estaba dispuesta a apoyarlo, aún en éstas circunstancias; así como Pablo también lo haría por ella, en una situación similar.
Su padre no dijo palabra, impotente, aturdido, desesperado, se limitó a escuchar.
Fue mucha la presión que ejercieron, pero Laura se mantuvo firme, constante, una y otra vez.
A todo esto, en el pasillo, aguardaba el Dr. Daniel Domínguez, a quién no se le había permitido la entrada. No sino hasta que finalizó la conversación. Allí el Dr. Domínguez explicó las alternativas médicas antes mencionadas, pero la expresión del médico dejó entrever que la presencia del abogado no tenía mucha incidencia. Como que se haría lo necesario.

Sin obtener los resultados que esperaban, los médicos dieron por terminada la plática, no sin antes decirle: “Piénselo, es la vida de su marido la que tiene en sus manos”.

Su papá, conocía bien la situación, ya había visto la misma película 20 años atrás con su yerno Andrés y su hija Marisa, quienes fallecieron en sendos accidentes, y no podía creer estar pasando por lo mismo.

Al salir del CTI exclamó:
“Si Pablito se muere a mi no me ven mas” – dijo; sentado en la escalera y prisionero de su angustia, con la cabeza entre sus manos conllevaba su impotencia con la ignorancia de otros, no Testigos de Jehová.

No quisiera estar en su cuero, comentó el Dr.
Domínguez.

Las horas pasaban por mí, lentamente, pero el tiempo se consumía, también el de Pablo y yo sin opinar, sin participar, sin entender, pues mi conocimiento en la materia, era muy sutil.

En el hall del piso 13, se caminaba con dificultad, el aire se podía cortar debido a la cantidad de gente, mientras las espadas del sol calentaban aquella mole de cemento, los ascensores no tenían otra parada, muchos dejaron sus actividades para estar allí.
La demostración de amor cristiano era sorprendente,
Nancy Tuimil, Blanquita Sánchez, Nilsa Alves, Alejandra Piccioli, puntales enormes para mi esposa; Darío Montesdeoca inamovible, Pablo y Adrián Filipponi con la reflexión justa, María Eugenia con su silencio, la experiencia de Cristina Chamorro y seguiría dando nombres, pues la lista es interminable.
También hubo quién se ocupó de hurtar los documentos de Pablo, que Laura tenía en una bolsa de nylon. Y un hecho que denota el apoyo de los hermanos espirituales, cuando Ecio realizó la denuncia de dicho robo, el oficial a cargo de la comisaría preguntó:
¿Alguna persona importante está internada en el Clínicas, que hay tanta gente?
Sí respondió, un Testigo de Jehová.

Mi reloj marcó una hora mas, ya era de tarde y busqué la compañía de un buen amigo, Bernardo Del Signore, quién siempre tuvo su hombro dispuesto a darme apoyo.
Él, me arrancó las dudas de la dirección que debía tomar mi barco, en ese mar agitado. Me dijo –
“Pablo expresó su decisión por escrito, también lo expresó verbalmente, pues el médico se lo preguntó, él conoce los riesgos, ¿quiénes somos nosotros para contradecirlo en que hacer con su vida?
Si se recupera sabiendo que apoyaste una transfusión, tal vez te odie por siempre y sería peor, perderlo en
vida a que se duerma en la muerte fiel a su Dios”.

Otro amigo, de los que hay pocos, Celso (Pocho) Sánchez concluyó diciendo:
“Pablo tiene otra expectativa de vida, de acuerdo a lo que aprendimos, una mucho mejor que ésta; confiamos en que sí.
¿Pero si es cierto?”
Así fue, que en mi afán de querer ayudar y con pocas herramientas, me puse de su lado.

Viernes 9 de marzo
Mi primera prueba, fue sumamente difícil, ya que próximo a las 11 a.m del día tercero, me comunican de la recepción, que debíamos presentarnos a una reunión de Psicología Médica.

Sin saber de que se trataba, nos dirigimos al lugar asignado con Ecio Filipponi, y mi esposa, Sandra. Era un lugar de rehabilitación, donde nos dejaron solos por más de veinte minutos, tiempo en el cual surgieron muchas interrogantes buscando el sentido de aquella reunión:
¿Para qué nos trajeron? ¿No habrá micrófonos o cámaras ocultas?
Surgen chistes, brotan risas, y por fin llegamos a una conclusión:
¡Esto es presión psicológica por el tema de la sangre!

Se abre la puerta y con aire de petulantes entran dos médicos psicólogos, que después de presentarse comienzan diciendo:

¿ Ustedes saben que si Pablo Posse no recibe sangre lamentable va a morir?.

Por supuesto que estamos consientes de eso, respondió Sandra, pero lo único que pretendemos, es respetar la voluntad de mi hermano y que el cuerpo médico también lo haga. Además hay un documento firmado por el propio Pablo, que los exime de responsabilidades, pero ese no es el caso, sepa usted que hay alguien que puede volver a dar vida a la persona, y ese es Dios. Él promete una resurrección a los que ejercen fe en su Hijo Jesucristo.

A pesar de miles de años de imperfección y muerte desde que el primer hombre se reveló, todavía el propósito de Dios es que la Tierra sea el hogar eterno de la humanidad:
“Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella”. (Salmo 37:29.) “Felices son los de genio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra.” (Mateo 5:5.)
Por eso, cuando Jesús devolvió la vida a varios muertos, los resucitó aquí mismo en la Tierra, y otras personas les reconocieron inmediatamente como las personas que habían estado muertas. Eso confirmó que bajo la gobernación del Reino, los muertos serán resucitados en la Tierra, para tener la oportunidad de vivir para siempre en ella. Eso cumplirá el propósito de Dios respecto a los humanos y la Tierra.

Después de ver la arrogancia de los facultativos, pregunté a la doctora:
¿Qué expectativa de vida tiene usted?, vivir, trabajar, hacer dinero, peinar canas, y morir a los setenta con suerte, sin saber siquiera la razón de su existencia en la tierra, pero Pablo tiene otra expectativa, como le explicaba mi esposa ¿por qué no respetar ese sueño?

La doctora, no quería oír nada sobre religión y continuó hostigándonos:
¿Que será de sus hijitas?, ¿Quién se hará cargo de ellas?
Hay toda una familia para cuidarlas.
Respondió Ecio y tienen el apoyo espiritual de toda la congregación.

Continúa preguntando:
Cuándo crezcan y entiendan porqué su Papá no está ¿qué le responderán?
Ustedes no pueden negarle a Posse la posibilidad de salvar su vida.

Si la situación es realmente tan grave, pregunté, ¿Usted, nos garantiza que Pablo no morirá si se le suministra sangre?
No, no podemos garantizarle nada, dijo la doctora, pero es como sabemos trabajar.
¿Usted nos está diciendo que no sabe cómo tratar el caso sin usar sangre? Pregunté de nuevo. Si es así, infórmese con un médico que haya tenido la experiencia necesaria, o contratamos los servicios de otro médico. Además usted como buen médico, debe conocer sistemas alternativos a la transfusión, concluí.

Mire señor, respondió el doctor, supóngase que yo soy un carpintero, y que toda mi vida trabajé con un serrucho, cierto día viene usted como cliente y me
solicita un mueble, me da las medidas y la madera, pero quiere que se lo haga con un formón.
Yo, le diré que no sé trabajar con el formón, pero el carpintero de la esquina sí, así que llévele la madera a él, que tiene toda la técnica.
Entendí que debería llevarme a Pablo del hospital, pero rápidamente le expuse:

¿Y qué pasa si yo le traigo al carpintero de la esquina y él le explica como se usa el formón?
Si, lo entiendo, respondió, pero eso implicaría estudiar de nuevo.
No, no necesita estudiar de nuevo, contesté; facilíteme la carpintería para que él, me haga el mueble, obsérvelo, colabore con él y de pronto puede aprender.

No hubo respuesta.

Rápidamente cambió de tema y preguntó la doctora
¿Y qué pasa si Pablo Posse aceptara transfundirse, ustedes lo abandonarían? Censuró.

¡Por supuesto que no! Respondió Sandra, es una decisión personalísima de cada uno ante Dios, es él, solo él y nadie más que él, quién le rendirá cuentas a Jehová a la hora del juicio.
Además, como le dije anteriormente hay una directiva anticipada para la atención de su salud, para casos como éste en que no puede valerse por sí mismo, y él la firmó a conciencia.

Hay algo que ustedes como familia deben tener en cuenta, comentó la doctora, Pablo firmó ese
documento en perfecto estado de salud, pero al verse en éstas condiciones ¿cree usted que mantendría su postura?

Conociendo a mi hermano, si se despertara, estoy segurísima que se mantendría firme, aseveró Sandra.

Él está despierto ahora y ya se lo preguntamos.
Y, ¿qué respondió?
Mantiene su postura de no recibir sangre.
Indignado reproché, ¿pero y entonces para qué estamos perdiendo el tiempo?
Si Pablo tomó su decisión aún viéndose así, está todo dicho. Y levantándonos dimos a entender que no teníamos más nada que aclarar.

Para nosotros no es ninguna perdida de tiempo.- concluyó la doctora, pero sí esa es la decisión final, lo que vamos a hacer es poner al paciente en situación de confort.
En otras palabras quiso decir que se lavarían las manos atendiendo sus necesidades mínimas hasta que fallezca.

Y agregó presionando aún más:

¿Usted se animaría a decirle a Pablo que si no se transfunde morirá?
¡Por supuesto! Exclamó Sandra.

Ya casi sin argumentos, decidieron terminar aquella reunión, y me costaba creer que por primera vez había defendido de verdad, la postura de Pablo.
Cuando salimos de allí, un círculo de personas se cerró en derredor nuestro, todos querían saber, al tiempo que repudiaron aquel acto.

Debido a que los médicos querían operar cuanto antes, y mi interés por informarme sobre tratamientos quirúrgicos sin sangre, crecía día a día, me indujo a conectarme a Internet, visitando varios sitios web, de donde obtuve datos y estadísticas importantes para poder hablar con propiedad frente al cuerpo médico.

Es entendible la posición de los médicos pues su función es salvar vidas, pero además de querer respetar su juramento hipocrático, está en juego su orgullo como profesional, ya que en su campo se creen dioses de la medicina.

También es probable que se nieguen a la cirugía sin sangre, no por falta de formación técnica para practicarla, sino porque el profesional no quiere asumir el eventual riesgo de enfrentarse a un Juez en caso de fallecimiento.
Pero si la intervención está indicada y el paciente consiente a los riesgos de la cirugía sin sangre, el problema con el Juez es absolutamente excepcional. Y, si surge, no es porque las cosas estén mal hechas, sino porque también hay que educar al Juez.

Hoy día cualquier persona que conozca los peligros de contraer infecciones como el sida, hepatitis y alergias varias por una transfusión, no querrá correr ese riesgo. O sea, es una asunción de riesgos, y si yo me voy a intervenir tengo derecho a decidir que riesgos estoy dispuesto a correr.

Hay que entender que todos tenemos derecho al principio de autonomía. Las consecuencias son del paciente, aunque entiendo que la conciencia del médico está implicada, pero también debe estarlo cuando viola su decisión.

Con respecto a la medicación que mencionaba el Dr. Domínguez, la eritropoyetina recombinante, es una hormona sintética que estimula la hematopoyesis, de ésta manera, los pacientes alcanzan un valor de hemoglobina que les permite soportar las perdidas y evitar hasta el 90% de las transfusiones.
Es posible el tratamiento mediante administración por vía subcutánea, aumentando así la hemoglobina, de manera que aunque descienda a consecuencia de la cirugía, permanecerá dentro de los valores de la normalidad.

Para que el fármaco surta efecto, es necesario que se administre junto con hierro. Preciso para la formación de eritrocitos.
El mecanismo de acción de ésta hormona es lento y sus efectos demoran unos 15 días tras la primera dosis.

Domingo 11 de marzo El médico accede al tratamiento

Después de plantear éstas alternativas, el Dr. Cabrera accedió al tratamiento e inmediatamente comenzamos a contactarnos con Betel (sucursal de los Testigos de Jehová), donde se habló con Jesús Berruti, al tiempo que se habló con Darío Montesdeoca, hermano espiritual y amigo de Pablo, quién trasladaría la medicación al Hospital de Clínicas.
En menos de una hora, la eritropoyetina estaba en manos del cuerpo médico, la cual suministraron de inmediato.

Si bien es un medicamento sumamente costoso, en lo personal no me interesaba, de algún modo se iba a pagar, contábamos con un dinero que la empresa para la cual trabajaba Pablo le había entregado a Laurita, su esposa.
Los hermanos espirituales de diferentes
Congregaciones colaboraban con lo que podían. Mi esposa y yo casualmente habíamos vendido el auto y también dispondríamos de ese dinero.

La dosificación dispuesta por el médico, sería de 20.000 unidades diarias durante una semana y la cantidad conseguida en Betel fue de 12.000 unidades en total y que debíamos reponer.

Otro hermano de la Congregación Malvín, Gustavo Ledesma, donó de su tratamiento de diálisis tres ampollas, otra gran demostración de amor cristiano. “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo” dice la Biblia. (Levítico cap19, vers.18; también lo dice en Mateo cap 22, vers.39.) Exige amor al prójimo, pero no un amor que se autosacrificase hasta el punto de entregar la vida a favor del prójimo. Tanto la vida como la muerte de Jesús fueron un ejemplo del amor que exigía este mandamiento.
El seguidor de Cristo no solo tiene que hacer el bien cuando se presenta la oportunidad; más bien, ha de tomar la iniciativa y, siguiendo las instrucciones de Cristo, dar ayuda espiritual y de otras clases a los demás.
Todas estas cosas, se palpaban a cada instante, lo cual nos fortalecía mucho.

También recibimos el apoyo de un laboratorio, donde se nos vendía dicho fármaco a precio de costo, al igual que otro laboratorio para el cual trabajé nos vendía el hierro. Sin duda me sentí muy amparado.
A pesar de la desesperación, las cosas se hicieron con calma y finalmente el Banco de Seguros y la sociedad médica de Pablo se hicieron cargo de tal medicina, aunque debíamos solicitarla en forma muy especial.

Diez días antes del accidente, Pablo le había expresado a su esposa, su profundo amor por escrito, en una carta que ella guarda con celo, pero que no vacila en mostrarla y enorgullecerse.

Sin duda alguna, éste amor es puro, transparente, verdadero y una muestra más de su apego a los principios bíblicos.

El amor es una sensación misteriosa que se apodera de uno, un éxtasis que solo se experimenta una vez en la vida.
El amor es un asunto del corazón únicamente, algo que no se puede comprender, sino solo experimentar. El amor vence todos los obstáculos, y es eterno…
La esposa en especial necesita que el esposo le demuestre constantemente su amor. Puede que el marido atienda bien las necesidades físicas de ella, pero no basta con eso. Hay esposas que tienen suficiente alimento y un hogar cómodo, pero que están muy tristes porque sus esposos no las atienden ni les prestan atención.
Por otra parte, la esposa que sabe que su esposo la ama y la cuida con ternura tiene toda la razón para sentirse feliz. Desde luego, lo mismo ocurre en el caso del esposo. El amor verdadero aumenta notablemente cuando los cónyuges expresan su cariño con sinceridad.

En cuanto a mí, son varias las noches que llevo de sobresaltos, doy vueltas y vueltas en la cama, hasta que el sueño me vence.
En mi descuello veo su imagen o la que siempre quise ver, Pablo entrando por el pasillo del Salón del Reino, de la mano de las nenas y todo el mundo aplaudiendo y llorando de alegría, lo veo… lo veo, o lo quiero ver.

Su papá “el Gallego”, casi todos los días almuerza con nosotros, nos venimos juntos del hospital después del informe, el cual comentamos en el trayecto y lo extendemos hasta el almuerzo.
Durante la oración previa, nos sujeta fuerte las manos y aprieta los ojos, como haciendo fuerza para que ésta llegue más rápido a destino. Gastón y Gonzalo, mis hijos, preguntan a cada momento por la salud del tío. Es imposible mirar la hora sin pensar en Pablo, como que las agujas de mi reloj pasan primero por el hospital y luego regresan a mi mano.
El teléfono de casa, por la tarde, hasta la noche, no deja de sonar. Muchos son los que se interesan por su estado y por nosotros. Algunos vecinos también nos brindan su atención.

Vienen a mi mente muchos recuerdos, mi fiesta de aniversario, bailando y saltando con la música country, su despedida de soltero, su casamiento, recuerdo que fui su discjockey, y siendo más niño aún, recuerdo los juegos de mesa que hacía con su hermano Daniel, el famoso Hogalaya, Ben Bubula en el desierto, los partidos de paleta en la calle, y las lágrimas que no derramaba pero llenaban las cuencas de sus ojos cuando el Gallego se enojaba.

Una lucha de principios
Pablo, a pesar de mantener su postura con respecto a la sangre, el Dr. Julio Cabrera toma el caso como una partida de ajedrez, ejerciendo presión psicológica para poner en jaque la Fe, no solo de los que defendemos la postura de Pablo sino su propia integridad, lo único que le interesa es transfundir a como de lugar, como si la sangre le salvara la vida.
Quizás, sea una forma de no darle mérito a la eritropoyetina suministrada días anteriores para estimular la médula.
Es de saber que éste medicamento a permitido reducir en un 50 por ciento las transfusiones en pacientes críticos.
El hospital Sagrado Corazón de Barcelona inauguró en 1996 una unidad de cirugía sin sangre, dicha unidad a servido para sensibilizar a los médicos de que se puede intervenir sin realizar transfusiones a pacientes con anemia muy alta, esto es con una concentración mínima de hemoglobina de 7 g/dl en un normal de 14 g/dl.

Informe médico día 23 de marzo.

La situación es similar a días anteriores, hay riesgo de vida a cada momento.
El resultado de la biopsia fue negativo, esto significa que en las quemaduras de tercer grado no hay infección.
Aún no ha hecho fiebre.
El nivel de plaquetas aumentó de 90.000 a 160.000.
Continúa disminuyendo el edema pulmonar.
La insuficiencia renal empeoró, pero puede mejorar retirando alguna medicación.
A nivel respiratorio, hubo una leve mejoría que le permite hacer algunos cambios, al haber una mejor oxigenación le retirarán la adrenalina que mantiene funcionando su corazón, para que lo haga por si solo.
Resumiendo, el informe fue positivo.

El asunto de transfundir o no, estaba en manos del Juez, quien en primera instancia no se había expedido aún, pero el domingo 25 de marzo a las 20 hs, el Dr. Pajian, Jefe Coordinador del Banco de Seguros, se comunicó con mi esposa, Sandra, a efectos de interiorizarse por sí mismo del porqué de la postura tomada por el paciente Pablo Posse y su familia.
Con una sólida base bíblica, Sandra encontró las palabras justas para expresarle al Dr. Pajian la convicción de una Fe verdadera, bien edificada, en la que se tiene otra esperanza de vida, aquí en la tierra, pero en otras condiciones.
Que importante que es para los Testigos de Jehová no perder de vista la esperanza cristiana de vida eterna sin pecado, una esperanza que ni siquiera la muerte, a manos de los incrédulos les puede arrebatar.

El Banco de Seguros se opone a la postura de Pablo.

Después de esto el Dr. Pajian elevó su informe y el Banco de Seguros comenzó a actuar. Envío un médico forense a constatar el estado de Pablo, quién expresó por escrito que le era indiferente suministrarle sangre o no.
Sobre la base de dicho escrito, el día jueves 29 de marzo, solicitaron al Juez de 13º turno una nueva decisión, el que tomando declaraciones solamente al cuerpo médico, se expidió a su favor, ignorando la actuación de otro Magistrado y la existencia de un consentimiento firmado por el paciente en perfecto estado de salud, donde explícitamente se expresa la abstinencia de sangre, por ser un mandato bíblico, indicado en el libro de Hechos cap15 vers.28 y 29,

“Porque al espíritu santo y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias:
Que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de cosas estranguladas, y de fornicación.
Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán.
¡Buena salud a ustedes!”

Aún así se autorizó la administración de glóbulos rojos o lo que es lo mismo, una transfusión.
El sábado 31de marzo a las 15 hs. llegó un fax con la orden del Juez, la cual se llevó a cabo el mismo día, después de las 22hs.
Teniendo en cuenta el fin de semana, no teníamos oportunidad de apelar hasta el día lunes 2 de abril. Esto, causó una gran impotencia y angustia entre los que estábamos consustanciados con Pablo, pero ya no podíamos hacer nada para evitarlo, el daño estaba hecho, se había pisoteado su dignidad y la nuestra, pues siempre se nos dijo, que antes de tomar cualquier determinación, se nos informaría. No hubo ni una llamada telefónica.

Domingo 1º de abril
Estamos en el día veinticinco desde el accidente, la salud de Pablo está muy deteriorada, la situación es crítica, la anemia es aguda.
La noche de ayer entró a verlo su esposa. Aunque no abrió los ojos, el monitor delató que su corazón latía fuerte, la voz de Laurita le dio fuerzas, le habló de las nenas y de su necesidad de tenerlo nuevamente en casa. A la hora de recibir el informe del día domingo 1º de abril, asistimos sus hermanos Sandra y Daniel, su esposa Laura y yo. Nos recibe el Dr. Operti, quién nos comunica que se le ha suministrado sangre, porque su hemoglobina había descendido a 4,7 g/dl, en decisión tomada por la dirección técnica del Cenaque, amparada en la determinación del Juez, la cual condenamos totalmente, pues lo consideramos un acto de violación y más en las condiciones realizadas.

Tenga en cuenta, que todas las personas, tenemos derecho constitucional, a escoger el tratamiento que queremos.
Piense esto: Si un tribunal le impusiera por fuerza un tratamiento que usted condena, ¿cómo afectaría esto su conciencia y el elemento vital de su deseo de vivir?.

La revista española de cardiología, de septiembre /octubre 1981 dice:
La transfusión de sangre o productos derivados de ella a un paciente Testigo de Jehová, adulto, en plenas facultades mentales y contra su voluntad libremente expresada, posiblemente sea ilegal en el sentido de constituir una violación a los derechos básicos de la persona y, en nuestra opinión, es claramente antiética”.

La respuesta del Dr. Operti fue:
“Prefiero ser violador y no homicida” A lo que manifesté:
“Pero el violador, deja viva a su víctima, condenada a sufrir ese ultraje por el resto de su vida”.

El deber del médico es, darle lo que él considera la mejor atención, pero no debe buscar justificación jurídica para pisotear los derechos fundamentales del paciente. Y puesto que la Biblia pone el abstenerse de sangre en el mismo nivel moral que el evitar la fornicación, el imponer por fuerza la sangre a un cristiano equivaldría a imponer relaciones sexuales a la fuerza: ultraje o violación.

El día lunes 2 de abril, a recibir el informe médico asistimos, su esposa Laura, Ecio Filipponi, Daniel Posse y señora, el papá, mi esposa, y yo “un batallón”. El cuerpo médico lo formaban, Dr. Operti, Dr. Julio Cabrera y el mismo Psicólogo que quería ser carpintero sin usar el formón, pero éste estaba “de adorno”, pues solo interrumpió las conversaciones con comentarios fuera de lugar y no ayudó en absoluto, por momentos se acrecentaba el tono del diálogo y cada cual expresaba lo que sentía; los médicos por su parte exponían:
“Gracias a la sangre Pablo está vivo”
A lo que objetamos,
Lo que para ustedes es vida, para Pablo significa muerte”
Pues no sabemos cual será su reacción cuando se vea así.
Era obvio que la hemoglobina había subido a 8 g/dl debido a la sangre transfundida.
La Biblia, dice que todo el sufrimiento que se haya tenido que soportar en el presente, parecerá insignificante cuando se compare con el cumplimiento de esa magnífica esperanza de vida. Y que desde la perspectiva que proporciona la eternidad, cualquier sufrimiento, por intenso que parezca, resulta momentáneo y liviano. El adherirse a la esperanza cristiana nos permitirá superar las pruebas que hemos de afrontar.

El aguante cristiano no depende de la fortaleza personal. Es el propio Jehová quien sostiene y fortalece a sus siervos por medio de su espíritu y el consuelo que encuentran en las Escrituras. Jehová suministra aguante a los que confían plenamente en Él, y por eso, es bueno que le pidan ayuda, a través de oraciones, incluida la sabiduría necesaria para afrontar una prueba en concreto. Jehová nunca permitirá que nadie se vea sometido a una prueba que le sea imposible soportar. Lo importante es no perder la fe, de esta forma Él le proporcionará una salida que le permitirá aguantar.

El aguante tendrá “completa su obra” si se deja que la prueba siga su curso sin que se quebranten los principios bíblicos con objeto de ponerle fin enseguida. Entonces la fe se habrá probado y refinado, y su poder sustentador se habrá puesto de manifiesto. Puede que también hayan quedado expuestas ciertas debilidades, de modo que el cristiano podrá apreciarlas y efectuar los cambios necesarios. Las pruebas que se aguantan con fidelidad moldean a una persona y pueden lograr que sea más paciente, compasiva, bondadosa y amorosa en el trato con sus semejantes. Por eso, al dejar que “el aguante tenga completa su obra”, la persona no tendrá “deficiencia en nada” de lo que
Jehová busca en sus siervos aprobados. (Santiago 1:2-
4.)

Así viene pasando, Pablo fue probado hasta su inconciencia y se mantuvo fiel, de manera que su nombre es precioso para Jehová.

Fecha 5 de abril.
Estamos en el día 29.
Desde que le suministraron sangre, ha logrado revertir varias situaciones negativas. Recuperó el 80% de la función renal, pues al aumentarle la hemoglobina a 8 g/dl lograron dializarlo y purificarle la sangre. Las infecciones casi han desaparecido. Mejoró la parte respiratoria, y le han bajado un 50% de Adrenalina y Noradrenalina, medicamentos utilizados para hacer comprimir el ritmo cardíaco. Los médicos se muestran esperanzados.
Hoy, entró a verlo un gran amigo Daniel “La Tota” quien no salió de su asombro al verlo con los ojos abiertos. ¡¡ Que gran noticia!! Lloraron juntos, aunque por el tubaje no habló pero asintió con la cabeza su alegría. Recordaron acnédotas, se rieron y todos nos alegramos. Habíamos ganado un día más.

Fecha 6 de abril.
La situación cambió por completo, hubo un retroceso muy rápido.
Se formó una trombosis en la pierna y los médicos se vieron imposibilitados de trasladarlo al quirófano. Próximo a las 18 horas, mi esposa recibe una llamada en su celular,… la que nunca quiso recibir. Daniel, su hermano, desde el hospital, le da la noticia de que no había más nada por hacer.
Pablo se estaba muriendo, víctima de una asepsia general ocasionada por un hongo que no se pudo combatir.
Bacteria que los médicos no se explican como apareció…..

A las 20 horas, ingresamos al hospital con mi esposa y su papá a esperar el desenlace.
Había mucha gente en el hall, como siempre, pero esta vez era diferente, habían ido a despedirse del amigo, del hermano, del cuñado, del hijo, del esposo y padre.
Aún así, abrigamos una pequeña luz, no queríamos perderlo, habíamos luchado tanto que nos parecía imposible.
Su papá insistió en verlo y descubrió que el rostro de la muerte ya se había instalado en él.
Al salir del CTI nos definió realmente la situación, por lo que seguimos reunidos hasta que a las 2:15 de la madrugada Pablo falleció.
Omitiré los detalles del velatorio y sepelio por una cuestión de intimidad y duelo personal.

4 años después.
Junio de 2005,
En éste tiempo, he soñado muchas veces con lo ocurrido, en más de una oportunidad acudí al lugar del accidente para andar sobre sus pasos, hacer lo que no se hizo y quemarme en la impotencia resultando imposible continuar escribiendo esta historia, alimentando una esperanza conociendo el desenlace. Pero como mencioné en el prólogo, era ecuánime que la misma se guardara íntegra en un mismo volumen.

Como último respeto dejo aquí el texto de la canción que escribí en su memoria:

ABRIL SIN SOL

Se me fue abril, y en él tú, y el color del otoño, apagó tu luz.

Y el invierno llegó, más frío que ayer, y un nido vacío, no siente tu piel.

Sé que volverás,
es tiempo del fin,
tiempo en que tu alma, pueda resurgir.

Corre y nómbrame,
mucho habrá que hablar, tu jardín pequeño, tendrá flores ya.

Corre y búscame,
tal vez pueda estar, cantando esta zamba, por la eternidad.

Te recordaré,
Siempre al caminar, por tu vieja calle, que te vio saltar.

Quiero revivir,
lo mismo que ayer, cada primavera, verte florecer.

Si supieras Pablo, cuanta gente acompañó tu viaje.
Un río inmenso de gargantas apretadas,
y silencios, que se podían oír,
se podían palpar,
Con la frente en alto,
De pie,
Firmes, hacia la esperanza.

RICARDO ISMAEL

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