Hace unos días atrás, si no mal recuerdo aproximadamente diez, vino mi mejor amigo a mi casa, buscando respuesta sobre amor y el significado de la vida, me sentí mal por él y escuché por un momento lo que tenía marcado en su corazón. Las palabras que salían de él parecía cascada a gran velocidad, tan grande la altura, en este caso, la presión que tenía sobre él en sus hombros era tal que simplemente me dejó abrumado, no sabía que decir en un momento delicado, ya que se acercaba el gran día, momento que le pediría a su pareja compromiso.
En el momento no supe contestar las muchas preguntas que aquel día hizo, bueno, tal vez dos que tres. Todo lo que dijo estuvo vagando en mí por días, cuestionando mis propias acciones, la vida puede ser cruel pero también es hermosa, no deberíamos desperdiciar el tiempo en cosas tan triviales, un cirujano dijo una vez; “la meta de la vida, es la muerte”.
Con el pasar de los días la llama del corazón de mi querida abuela se apaga poco a poco, cuan duro es el momento y cuan apreciado el tiempo, algunos maldicen, otros lloran desconsolados, pero yo no, doy gracias por un momento más del tan celoso tiempo prestado. No tengo palabras hoy, preguntas que responder en otro momento, y sentimientos que compartir, y unirme con los que más amo.
Una vez más, reunidos en un pequeño banquillo de madera, con una taza de café y un cigarrillo, mi amigo y yo nos cuestionamos el significado de lo que sucede, él de amor y yo de la muerte, a través del tiempo mucho han querido darle un significado universal a una pregunta que uno mismo puede contestar, aquel doctor tenía razón; “si quieres soportar la vida, debes estar dispuesto a soportar la muerte”.
No tengas miedo a la vida, disfrútala como se te plazca, total todos vamos hacia un mismo destino, ama a quien quieras, ríe con locura, diviértete sanamente y agradece un poco más, recuerda que la vida pasa en una abrir y cerra de ojos y has de disfrutar de ella bien.
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