Llena un vaso del grifo. Cierra el grifo con chirrido particular. Gotea sobre platos sucios mientras se aleja; sucios porque no tenían certeza de sobrevivir.

En la sala un viejo de seño adusto, cara arrugada como los dibujos de Da Vinchi, hirsuto, canoso y patillas puntiagudas como Schopenhauer; mirada igual de penetrante que el filosofo. Camisa negra reluciendo un fatigado y redondo estomago, en cilla de ruedas y con una mata cubriendo de los pies hasta la abultada barriga; en su mano un bastón con el barniz desgastado.

-Toma abuelo- Le tiende el vaso. Se aleja en dirección hacia la ventana tapada con maderos, que también cohibían puertas.

-Así me gusta, sin colores, sin sabor.

Mirando por una rendija:

-El sol sigue ahí, blanco y calcinante; los arboles abrazados por el tórrido sol siguen con su sobra desoladora, las paredes se sostienen alienando el mundo, las prostitutas desfalleciendo bajo esas sombras y este motel barato jugando cartas sin ningún as- saca un cigarrillo y lo prende.- Como si nada hubiera cambiado- Exhalando.

¡Pero así fue! – Golpea con el bastón el suelo.

-Como despertar de un sueño con el sol trasluciendo el rojo de la sangre. ¿Quién libero a la bestia?

-¡Yo te voy a decir quien!-Clavando la mirada al nieto que mira siempre absorto el cigarrillo- Taparon el sol con ilusiones, arrazaron los mares con esperanzas, bañaron las calles de pintura que refulge incluso en las noches sin luna, devoraron hasta le pensamiento con frivolidades.-Sosiega- Antes las partituras en blanco y negro demostraba matices dramáticos, las películas en blanco y negro fueron elogiadas por cultos y poderosos, los libros con letras en negro y blanco fueron tragedias de todos los tiempos, culturas e idiomas. Todo eso acaba -Golpea con su bastón el suelo-¡Me niego con todo lo negro de mi alma!.

-La ceniza me sosiega- Mirando como cae al suelo ceniza del cigarrillo. Da una pitada y mira el humo- Y el humo, ese denso hilo grisáceo hilvanando historia para … desaparecer. Intento asirme,-Lo intenta- y no puedo. Aguzando el oído se puede escuchar un suspiro.

-Si …el ultimo. La noche eterna me tiende sus brazos fríos y descoloridos.

-No abuelo, escucha. Oigo algo, es música.

-¡No! No prestes tus oídos a estupideces.

-Veo algo, son coloridas.

-¡No! Mejor arrancarse los ojos como Edipo antes que usarlos malamente.

-!Están aquí!¡las siento!.

-¡No! Sentimientos ilusorios y pasajeros.

-Se meten en mi boca.

-Embriagues que termina en delirio.

-Las huelo.

-Imitaciones de fragancia

El viejo intenta ponerse de pie para llegar con el nieto pero es muy pesado.

El mundo entero fue engullido por mariposas.

Fin.

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