FREEDOM CONVOY: otra cara de las réplicas sociales al sistema actual

FREEDOM CONVOY: otra cara de las réplicas sociales al sistema actual

Edna Gallo

26/02/2022

A pesar de que nos encontramos en un evidente bombardeo de información referente a la situación actual de Rusia con Ucrania por el control del Donbas, existen muchos más conflictos sociales, políticos y económicos que hemos dejado de lado, vaya que los medios de “comunicación” saben muy bien ocultar los temas que pueden ser claves para el entendimiento de la diplomacia internacional actual.

El movimiento “freedom convoy” se han convertido en la cara contemporánea del occupy civil dentro de las principales ciudades canadienses; comenzó como una defensiva de los servicios de transportación sobre las políticas públicas aplicadas y reformas basadas en la situación pandémica actual con el COVID-19, que con el tiempo se ha encrudecido a una protesta aún más aguda, no solo contra los mandatos de la vacunación, reformas políticas de salubridad del COVID, a la inflación, sino también, contra el mandato de Trudeau.

Pero para entender este movimiento, tenemos que regresar al 15 de Enero de este año, cuando se impone un mandato federal de vacunación, que requiere a todos los transportistas que no estuvieran vacunados y que tuvieran que pasar por la frontera de Estados Unidos, a hacer una cuarentena de 2 semanas y un test de COVID negativo antes de poder ingresar a Canadá; esta reforma, al parecer no fue aceptada de manera positiva por una parte del rubro, tomando en cuenta que con anterioridad, este sector económico estaba exento de las reglas y normativas de salubridad que cualquier persona de manera normal, tendría que seguir.

Las molestias no hicieron esperar la respuesta de este sector, y para el 23 de Enero en Colombia Británica un grupo de transportistas comenzó un convoy con la intención de atravesar el territorio canadiense hasta llegar a Ottawa, uno de los principales objetivos era la defensa de los derechos humanos frente a la obligatoriedad de la vacunación, cuando hasta el día de hoy, no se ha podido lograr un avance mayor de la efectividad de las vacunas frente a las diferentes cepas. Si tenemos en cuenta que Canadá importa 21 billones de dólares en alimentos desde Estados Unidos anualmente y que de manera obvia, Estados Unidos soportaba una caída en estos ingresos por las restricciones económicas que se viven desde el 2019, evidentemente existiría un descontento del sector agrícola así como del transportista estadounidense.

Aunque la política de salubridad fue en su mayoría, bien recibida por el sector transportista canadiense, según la “Canadian Trucking Alliance”, que está integrada por 120,000 transportistas, quienes reportan una estimación de alrededor del 90% de los transportistas agremiados que ya cuentan con vacunación completa, y que a pesar de que es viable que una parte de los transportistas no vacunados no estuvieran de acuerdo, es virtualmente imposible que el 30% de ellos tuvieran un mayor problema con estas políticas.

No solamente el sector transportista canadiense, en su mayoría, se encuentra de acuerdo con la política, dos terceras partes de la sociedad en general, están de acuerdo con la reforma sanitaria. Si tomamos en cuenta que aproximadamente el 83% de la población canadiense está completamente vacunada, podemos derimir entonces, que existe una aceptación mayor de la vacunación, y así también, de las reformas sanitarias fronterizas.

A pesar de estos datos, el convoy de Colombia Británica, logró fondear recursos económicos por medio de la plataforma “Go fund me” y la atención mediática por parte de los medios no masivos así como algunos comunicadores como Rusell Brown y el apoyo del expresidente estadounidense Trump, llamando a Trudeau un lunático del ala derecha, que ha buscado destruir a Canadá con los mandatos fuera de lógica sobre el COVID.

Para el 29 de enero, el Convoy ya había logrado llegar a Ottawa, donde de aproximadamente 1500 vehiculos, la minoría eran transportistas; lo interesante es la cantidad de dinero fondeado; más de 10 millones de dólares canadienses por medio de la plataforma, en menos de una semana. Un dato social e histórico importante a tomar en cuenta, es el uso es de esvástica nazi dentro de la propaganda y material utilizado dentro del “freedom convoy” al llegar a Ottawa (¿acaso no es el neonazismo una de las preocupaciones que se manejan en el discurso ruso sobre Ucrania y Donbas?)

El movimiento ha sido denominado por Trudeau como una franja minoritaria con puntos de vista inaceptables sobre las recomendaciones y desarrollo científico a favor de la protección sanitaria del país, situación que podemos ver reflejada en una encuesta tomada por la empresa “Abacus Data” donde el 68% de la toma, consideró tener muy poco en común con el movimiento, mientras el 32% consideró tener mucho en común con “freedom convoy”, así mismo el 57% de la población respondió que la protesta les parecía ofensiva e inapropiada frente a las necesidades poblacionales canadienses.

Si es verdad que la mayoría de los movimientos o protestas civiles comienzan con un objetivo principal y desarrollo de demandas específicas, también es verdad que como cualquier otro sistema o protesta, con el paso de su integración, suele tener sesgos importantes sobre el objetivo por el cual la población se une a ellos, movimientos que comienzan con una característica específica, suelen ser utilizados como medios de difusión para otros movimientos, en este caso, el desarrollo de propaganda neonazi dentro del mismo convoy; aún con estos matices sociales, las bajas por detenciones policiacas han sido menores, así como los daños a propiedad privada u gubernamental; a pesar de ello, las consecuencias económicas, políticas y sociales están ya mostrándose en el día a día del país, por lo que se buscó reprimir y desmantelar el movimiento por medio de policías especializados en disturbios.

Para el 7 de Febrero, el mayor Jim Watson, declaró un estado de emergencia dentro de la ciudad de Ottawa, hasta este momento fue que la página “Go fund me” decidió retirar el apoyo a la petición realizada por su plataforma, argumentando que los organizadores habían violado los términos del servicio y que regresarían el dinero a las personas que habían apoyado a la causa por este medio, mientras que el partido conservador de Canadá, decidió apoyar el movimiento y tener una reunión con los organizadores, hasta que se volvieron a mostrar símbolos nazi dentro de las protestas, elemento que hizo retroceder al partido conservador en su apoyo al movimiento transportista.

Las decisiones políticas del gobierno de Trudeau hasta este momento, han intentando contener las consecuencias de un movimiento como “freedom convoy” ha llevado ya al arresto de más de 200 personas, congelamiento de cuentas bancarias y un indicativo del apoyo de grupos y personas estadounidenses hacia este movimiento con la firme intención de desestabilizar el gobierno canadiense.

A pesar de los esfuerzos de Trudeau por mantener la paz y neutralizar las protestas de los transportistas, el movimiento ha ido creciendo y genera réplicas en Estados Unidos, Francia y Nueva Zelanda. Sumando estas protestas con las diferentes situaciones internacionales, podemos estar claros sobre la obvia crisis tanto del sistema como de la esfera diplomática internacional, así como en la legitimación y estabilidad de los gobiernos y la credibilidad de los partidos políticos. ¿será que la necesidad de ideologías que sostengan causas ciudadanas ha reaparecido en un sistema que busca desarticular a la comunidad y trabajar con el individuo como base principal para el ejercicio del poder?

data, a. (24 de febrero de 2022). abacusdata. Obtenido de https://abacusdata.ca/freedom-convoy-public-reaction-february-2022/

Español, F. 2. (11 de Febrero de 2022). Youtube. Obtenido de

News, F. (21 de febrero de 2022). Youtube. Obtenido de Fox News:

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